En 1780, en el Perú, un descendiente de incas, José Gabriel Condorcanqui, tras tomar el nombre del último emperador inca, Túpac Amaru, encabezó una rebelión de indígenas y mestizos contra el poder español.
Querían poner fin a la explotación a que los sometían desde hacía siglos los españoles, en minas, haciendas y obrajes. El movimiento tuvo una enorme adhesión y se extendió por una zona que iba desde Colombia a nuestro territorio.
La rebelión obtuvo sus primeros triunfos y Túpac comenzó a aplicar un programa revolucionario: devolver a los campesinos sus tierras usurpadas, anular la esclavitud y los servicios personales, como la mita y el yanaconazgo.
Ante la magnitud de la rebelión la iglesia, el estado, los criollos y los europeos se unieron para enfrentarla. Tras heroicos combates en los que mueren unos 100.000 indñigenas, el primer grito de libertad americano es acallado y su líder detenido y luego descuartizado.
No descuartizarán sus ideas...
El 18 de mayo de 1781, tras asesinar a casik toda su familia, las autoridades españolas someten a Túpac Amaru al suplicio del descuartizamiento pero no pudieron con su fuerza.
Indignados ordenarfon suspender la "cerfemonia" y que un verdugo completara la feroz tarea a hachazos.
La Copla de la verdad
La rebelión de Túpac Amaru atemorizó a los criollos. Una copla anónima de la época explica porqué:
"Si triunfaran los indios
nos hicieran trabajar
del modo que ellos trabajan
y cuanto ahora los rebajan
nos hicieran rebajar.
Nadie pudiera esperar
casa, acienda ni esplendores
ninguno alcanzará honores
y todos fueran plebeyos:
fuéramos los indios de ellos
y ellos fueran los señores."
Fuente: elhistoriador.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario