sábado, 25 de octubre de 2008

José Gervasio Artigas (Primera parte)

José Gervasio Artigas (Montevideo, Uruguay, 19 de junio de 1764 - Ibiray, Paraguay, 23 de septiembre de 1850) fue un militar, estadista y máximo prócer uruguayo . Recibió los títulos de «Jefe de los Orientales» y de «Protector de los Pueblos Libres». Fue uno de los más importantes estadistas de la Revolución del Río de la Plata, por lo que es honrado también en la Argentina por su contribución a la independencia y , con vicisitudes, la federalización del país.

Artigas tuvo una actuación destacada en las luchas independentistas y en el predominio de las ideas republicanas y democráticas sobre las monárquicas. Luchó sucesivamente contra el Imperio Español y el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve y contra los unitarios instalados en Buenos Aires y Montevideo.
Artigas era oriental, entendiendose como tal al nacido en la Banda Oriental, compuesta por lo que actualmente es Uruguay y por parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur. De manera directa, sus luchas se orientaron a la conformación de la Liga Federal, organizada estrictamente sobre los principios del federalismo y la república. A la Liga Federal se unieron, además de la Banda Oriental, las provincias Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y los pueblos de Misiones bajo el control de Andrés Guacurari.
Su férrea defensa de la autonomía federal de las provincias contribuyó de manera indirecta a la independencia de España de los territorios que conformaron la Liga Federal. La Banda Oriental, actual República Oriental del Uruguay, se terminaría indpendizando de España en 1825. En 1828 se transformó en un Estado autónomo separado del resto de las provincias, cuando él ya se encontraba en su largo exilio en Paraguay, país donde murió.
Hijo de Martín José Artigas Carrasco y de Francisca Antonia Arnal Rodríguez, según la partida que luce al folio 209 del Libro Primero de Bautismos de la Catedral de Montevideo. Su abuelo, Juan Antonio Artigas Ordobas y su abuela Ignacia Xaviera Carrasco y Melo-Coutiño, habían sido de los primeros pobladores de la ciudad. Formaba parte de una de las familias más acaudaladas de Montevideo. Su padre era propietario de campos y fue el primer Capitán de Milicias, desempeñando el cargo de Oficial Real.
Fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. Sus hermanos fueron: Martina Antonia, José Nicolás, Manuel Francisco, Pedro Angel y Cornelio Cipriano. Los dos últimos fallecieron antes de 1806.[6]
Ocho años después de su bautismo, José Artigas, junto con varios de sus hermanos y su propio padre, recibió el sacramento de la confirmación, el 24 de diciembre de 1772, en la estanzuela de don Melchor de Viana, siendo padrinos éste y su esposa, doña Rita Pérez.
Artigas pasó estos primeros años en la ciudad y en la chacra de su padre, ubicada junto al arroyo Carrasco. Recibió en su niñez la mejor educación que en la época se podía dar en su ciudad, la cual consistía en la enseñanza primaria, impartida por los padres franciscanos del convento de San Bernardino.
Según consignó en sus memorias el General Nicolás de Vedia, prefirió dedicarse a las tareas rurales. A los doce años se trasladó al campo, en tierras pertenecientes a su familia. Observando a los habitantes del lugar -entre ellos, los gauchos- se hizo ágil en el manejo de las armas y del caballo.

Se relacionó con los aborígenes charrúas de manera intensa. Según diversos investigadores —entre los que se destaca Carlos Maggi, que expone esta afirmación en su libro El Caciquillo— durante el período que va desde su adolescencia hasta su ingreso en el cuerpo de Blandengues, período en el cual no aparecen referencias en los registros de la época, Artigas habría vivido con los charrúas, llegando a tener mujer e hijo dentro de esa nación. Su vida se habría desarrollado al norte del Río Negro, en las Misiones Orientales, Río Grande del Sur y Santa Catarina.
A los treinta y tres años, en 1797, amparándose en una amnistía para quienes no tuvieran delitos de sangre, ingresó como soldado raso al recién creado cuerpo de Blandengues de Montevideo, una milicia especialmente autorizada por el rey en el Virreinato del Río de la Plata, que tenía como fin de proteger las fronteras. En esta función, Artigas participó del control de los avances portugueses en la frontera norte y en la lucha contra el contrabando y el pillaje.
Poco antes de finalizar el siglo XVIII, Artigas se encontró en la frontera con el Brasil, con un afro-montevideano que había sido capturado por los portugueses y reducido a la esclavitud. Decidió entonces comprarlo para darle la libertad. Desde entonces Joaquín Lenzina, más conocido como «el negro Ansina», acompañaría a Artigas durante el resto de su vida, convirtiéndose en su mejor amigo, su camarada de armas y su cronista.

En 1800 José Gervasio Artigas cumplió destacada labor en la fundación de la ciudad de Batovy en las Misiones Orientales, actual estado brasileño de Río Grande del Sur. En 1806, ante la primera de las Invasiones Inglesas y la ocupación de Buenos Aires por el ejército británico, colaboró con Juan Martín de Pueyrredón y llegó a organizar por si mismo una fuerza de 300 soldados que no llegaron a entrar en combate.
El conocimiento adquirido hizo que desempeñara la tarea con éxito, siendo ascendido primero a capitán de milicias, posición alcanzada antes por su padre y por su abuelo, y luego ayudante mayor.

En 1808 Napoleón aprovechó las disputas por el trono entre el rey español Carlos IV y su hijo, el futuro Fernando VII, para intervenir en el Imperio Español e imponer las llamadas «abdicaciones de Bayona», por las cuales ambos renunciaron sucesivamente al trono de España en favor de José Bonaparte, luego de lo cual Fernando quedó cautivo.
Pero la intervención francesa desencadenó un levantamiento popular conocido como Guerra de la Independencia Española (1808-1814) que trajo incertidumbre sobre cuál era la autoridad efectiva que gobernaba España.
Ante la ausencia de una autoridad cierta en España y el cautiverio de Fernando VII, los pueblos hispanoamericanos, bajo la dirección de los criollos, comenzaron una serie de insurrecciones desconociendo a las autoridades coloniales. La primera insurrección se produjo el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Chuquisaca, en el Virreinato del Río de la Plata, a la que le siguieron levantamientos en todo el continente para formar juntas de autogobierno, dando origen a la Guerra de Independencia Hispanoamericana.
El 25 de mayo de 1810 el pueblo de Buenos Aires depuso al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, cabeza del Virreinato del Río de la Plata y eligió una junta para reemplazarlo, dando inicio a la Revolución de Mayo.
Inmediatamente, el poder español instaló su sede en Montevideo, importante puerto competidor del de Buenos Aires, y reclamó al Consejo de Regencia español el envío de un nuevo virrey, tropas y armas para reprimir el levantamiento.
Ese mismo año, Artigas, quien por entonces permanecía en las tropas virreinales, fue enviado a Entre Ríos como comandante de un contingente militar colonial, en un intento de recuperar para España los cinco pueblos entrerrianos insurrectos, pero resultó derrotado por los caudillos locales.

En enero de 1811 llegó a Montevideo el nuevo virrey, Francisco Javier de Elío. La Junta de Buenos Aires desconoció su autoridad y le declaró la guerra el 13 de febrero.
El capitán Artigas desertó del Cuerpo de Blandengues en Colonia del Sacramento y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares al gobierno revolucionario, que le dio el grado de teniente coronel, 150 hombres y 200 pesos para iniciar el levantamiento de la Banda Oriental contra el poder español.
Los pueblos de la América española luchaban por su libertad y Artigas quería defender esas ideas en la Banda Oriental. A principios de abril regresó a su patria con unos 180 hombres. El 11 de abril emitió la Proclama de Mercedes, asumió el mando de la revolución en la Banda Oriental y el 18 de mayo derrotó a los españoles en la Batalla de Las Piedras. Luego inició el sitio de Montevideo y fue aclamado «Primer Jefe de los Orientales».
En 1812 logró convocar a un Congreso Nacional en Maroñas y allí proclamó la Provincia Oriental con gobierno federal, como modelo a seguir por las demás Provincias Unidas del Río de la Plata.
En las filas artiguistas participaron personajes y caudillos tan importantes para la posterior historia uruguaya como Dámaso Antonio Larrañaga, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe, Fernando Otorgués, Fructuoso Rivera y Pablo Zufriategui.

Fuente: Wikipedia
Escribe: Guillermo Reyna Allan

viernes, 17 de octubre de 2008

Hamilton Naki

Desde hace un tiempo, no muy largo, circula por internet la historia del denominado "cirujano clandestino".
Se refiere a Hamilton Naki el cirujano que retiró el corazón del donante para que se realizara el primer trasplante de corazón en un ser humano.

Abrevemos en estas Gotitas de Historia...

Situémonos, noche del 3 de diciembre de 1.967, hospital Groote Schuur, Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Esa fecha memorable en la que el cirujano Dr. Christian Barnard, realizó con resultado satisfactorio del primer trasplante de corazón.
El mundo cambió para infinidad de personas que, con los días contados, pudieron disponer de un nuevo corazón. El reconocimiento universal hacia el Dr. Barnard no se hizo esperar.
La noticia se sintetizaba.. "Aquel señor, había salvado la vida a otro señor que se iba a morir porque su corazón no quería funcionar más". Las entrevistas a Barnard tenían la misma repercusión que las que tuvieron como protagonistas a los astronautas que, dos años más tarde, llegarían a la luna.

Es bien conocida por todos la frase "la historia nos pondrá a todos en su sitio", y eso es lo que ocurrió hace unos años.
La fotografía, que dió la vuelta al mundo, del equipo de médicos que realizó el trasplante, estaba incompleta, faltaba un personaje. Este personaje se llamaba Hamilton Naki. Este señor, que no era médico, debería haber estado en la foto y ser reconocido mundialmente, pero era negro y eso en la Sudáfrica del aparheid era pecado.

Naki, nació en un pueblecito de sudáfrica en el que vivió y realizó sus estudios primarios. A los 14 años se marchó a Ciudad del Cabo, haciendo autostop, para buscar trabajo. Tras unos cuantos años de penuria, consiguió trabajar como jardinero en la Universidad de Ciudad del Cabo. Al poco tiempo, consiguió un puesto en los laboratorios de la Facultad de Medicina, como cuidador de los animales.
Siendo un hombre con inquietudes, consiguió poco a poco ganarse la confianza de sus jefes y participar en las pruebas quirúrgicas con los animales... primero como ayudante, después como anestesista...hasta que terminó siendo él el que operaba a los animales.
El Dr. Barnard, lo fichó en su equipo de investigadores, a pesar de ser negro (Todo un detalle). El Sr. Naki, siguió aprendiendo hasta que le llegó el momento. En la operación de ese 3 de diciembre de 1.967, él fue quien realizo la extracción del corazón sano, del cuerpo de la mujer atropellada, y cuidó del órgano hasta que el Dr. Barnard lo implantó en el paciente.
Tras la desaparición del aparheid, llovieron los reconocimientos a Naki. El propio Barnard reconoció , en una entrevista, que Naki era mejor que él técnicamente. El propio Naki, defendió la injusticia cometida hacia él..."Si hubieran publicado mi fotografía los habrían llevado a la cárcel. Así eran las cosas en aquel entonces" (El País, España, el 26 de abril de 2.003).

Naki, siguió en el equipo del Dr. Barnard hasta que se jubiló, con la pensión mínima que le correspondía a un jardinero. Falleció a los 78 años el 29 de mayo de 2.005.
Escribe: Guillermo Reyna Allan

sábado, 11 de octubre de 2008

Cristóbal Colón, el gran navegante (Parte III)


Primer viaje

Finalizados todos los preparativos, la expedición zarpó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, con las carabelas La Pinta y La Niña, y con la nao Santa María.
Hasta el 6 de septiembre estuvo en las Islas Canarias, concretamente en La Gomera (visitando a Beatriz de Bobadilla, gobernadora de la isla) y en Gran Canaria, arreglando el timón de La Pinta, y sustituyendo sus velas triangulares originales por unas cuadradas, lo que la convirtió en la carabela más rápida de la flotilla.
El 12 de octubre, cuando la tripulación ya estaba inquieta por la larga travesía sin llegar a ninguna parte, el grumete Rodrigo de Triana dio el famoso grito de: Tierra a la vista. Llegaron a una isla llamada Guanahani, a la que rebautizó San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas.
También desembarcó en la isla de Cuba y la de La Española. En esta, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la nao capitana, la Santa María. Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así el primer asentamiento español en América.
Las dos carabelas, al mando de Colón, regresaron al puerto de Palos el 15 de marzo de 1493. A los pocos días fallece Martín Alonso Pinzón, el principal socio de Colón en este viaje, siendo enterrado probablemente en La Rábida, según era su voluntad. El día 3 de abril 1493, Colón fue recibido por el Rey Fernando el Católico en Barcelona para recibir el informe de su llegada por el oeste a lo que él creía era la India. Varios años después, ya muerto Cristóbal Colón, los europeos descubrirían que las tierras a las que había llegado no eran en realidad parte del Asia, sino de un continente cuya existencia desconocían.

Las naves
En el primer viaje Colón utilizó tres naves, dos carabelas y una "nao", aunque comúmente se conocen como las "Tres Carabelas", llamadas la Santa María, la Pinta y la Niña.
La Santa María no era una carabela, en contra de lo que la apelación colectiva tradicional (las Tres Carabelas) afirma. Se trataba de una carraca (nao en el lenguaje náutico español de la época). Con sus tres palos era una carraca menor construida, al parecer, en Galicia (razón por la cual fue llamada originalmente La Gallega) y propiedad de Juan de la Cosa. De acuerdo con las normas de estiba de entonces, la Santa María podía llevar una carga de 106 toneladas de la época (51 toneladas actuales). En el palo mayor aparejaba dos velas cuadradas: la mayor con una cruz roja en el centro y una vela de gavia. El trinquete portaba una sola vela cuadrada y el palo de mesana aparejaba una vela triangular latina. Del bauprés colgaba una vela de cebadera. La Santa María se perdió en aguas del Caribe durante el primer viaje.
La Pinta había sido construida en los astilleros de Palos pocos años antes del primer viaje. Fue elegida por Martín Alonso Pinzón por sus cualidades náuticas, ya que él mismo la había alquilado anteriormente, la costeó el concejo de Palos. Su nombre hizo pensar a algunos historiadores que pertenecía a la familia Pinto, pero en realidad fue alquilada a los armadores Gómez Rascón y Alonso Quintero, que fueron en ella a América como marinos, por lo que probablemente su verdadero nombre fuera "La Pintá". Era una carabela nórdica de velas cuadradas con un velamen muy sencillo. Los palos de mesana y mayor iban aparejados con una vela cuadrada de grandes dimensiones, en tanto que el trinquete portaba una vela latina. La principal característica de esta carabela era su velocidad, hasta el punto que Colón, en su diario de a bordo, hacía referencia a que en una noche había navegado a 15 millas por hora (una milla de la época equivale a 0,8 millas náuticas actuales, por lo que su velocidad sería de unos 11 nudos, la misma que un carguero medio de la actualidad).
La Niña era una carabela de velas latinas que pertenecía a los hermanos Niño de Moguer, de ahí su nombre, antes de formar parte de la expedición (su denominación realmente era la Santa Clara). Esta embarcación se construyó en los antiguos astilleros del puerto de la Ribera de Moguer entre 1487 y 1490. Fue elegida por los Pinzón por ser muy maniobrable, también la costeó el concejo de Palos. Las velas de la Niña carecían de rizos, por lo que no tenían sistema de cabos que permitiera reducir la superficie en caso de fuerte viento. Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del buque. La carabela carecía de castillo de proa, mientras que el alcázar era bastante pequeño. Es posible que, durante el primer viaje, la Niña fuera convertida en carabela de velas cuadradas durante la escala en Canarias.[10] Formó parte de las tres primeras expediciones de Colón, recorriendo en el transcurso de sus viajes más de 25.000 millas náuticas en total. La Niña fue capturada por corsarios berberiscos a la vuelta del segundo viaje. La reacción de la tripulación permitió liberar la embarcación, que regresó a Cádiz para intervenir en el tercer viaje.

Segundo viaje
25 de septiembre de 1493 - 11 de junio de 1496
Partió de Cádiz y se realizó para explorar y colonizar los territorios a los que había llegado. En este viaje desembarcó en la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre.
En su segundo viaje a la isla La Española, observó el eclipse lunar del 14 al 15 de septiembre de 1494, y comparando las horas del comienzo y fin del mismo con las registradas en las observaciones de Cádiz y Sao Vicente (Portugal), dedujo definitivamente la esfericidad de la Tierra ya descrita por Tolomeo.[cita requerida]
En 1493 descubrió la isla de Guadalupe, ubicada a unos 480 km (300 millas) al sudeste de Puerto Rico. Actualmente está compuesta de un grupo de islas que están aproximadamente en el centro del archipiélago de las Antillas Menores. Las dos islas principales tienen la apariencia de una mariposa con las alas extendidas. Al oeste está la montañosa isla de Basse-Terre, con su inactivo volcán Soufrière; y al este se halla la Grande Terre, que es más llana. Las dos islas están separadas por el angosto canal Rivière Salée. Otras cinco islas más pequeñas y algunos islotes forman este departamento o distrito de ultramar administrado por Francia.
Antes que Cristóbal Colón la descubriera en 1493 y le diera el nombre de Guadalupe, los indios caribes la llamaban Karukera... isla de las aguas hermosas. Sin duda, estos tenían presentes las abundantes lluvias y la exuberante vegetación tropical de las islas.

Tercer viaje
30 de mayo de 1498 - 25 de noviembre de 1500
En este viaje parte desde Sanlúcar de Barrameda capitaneando seis barcos y llevando consigo a Bartolomé de Las Casas, quien después proporcionaría parte de las transcripciones de los Diarios de Colón.
La primera escala la realiza en la isla portuguesa de Porto Santo de donde procedía su mujer. De allí partió hacia Madeira y llegó el 31 de julio a la isla Trinidad. Desde el 4 de agosto al 12 de agosto, exploró el golfo de Paria, el cual separa Trinidad de Venezuela. En su reconocimiento de la zona llegó hasta el río Orinoco, navegó por las islas de Chacachare y Margarita y renombró Tobago (Bella Forma) y Granada (Concepción). Inicialmente, describió las tierras como pertenecientes a un continente desconocido para los europeos, pero luego se retrajo y dijo que pertenecían a Asia.
El 19 de agosto retornó a La Española para encontrar que la mayoría de los españoles allí asentados estaban descontentos, al sentirse engañados por Colón sobre las riquezas que encontrarían. Colón intentó repetidas veces pactar con los sublevados, los taínos y los caribes. Algunos de los españoles que habían retornado se encargaron de acusar a Colón en la corte de mal gobierno. Los reyes enviaron a La Española al administrador real Francisco de Bobadilla en 1500, el cual a su llegada (23 de agosto) detuvo a Colón y a sus hermanos y los embarcó hacia España. Colón rehusó que se le quitaran los grilletes en todo su viaje a España, durante el cual escribió una larga carta a los Reyes Católicos.
Al llegar a España recuperó su libertad, pero había perdido su prestigio y sus poderes.

Cuarto viaje

11 de mayo de 1502 - 7 de noviembre de 1504
Nuevamente parte de Cádiz. Exploró las costas de los actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como el golfo de Urabá en la actual Colombia. Desde el golfo de Urabá intentó retornar a la Española, pero una tormenta lo hizo desembarcar en Jamaica, donde permaneció hasta 1504.
En 1503, en su último viaje por las Antillas Mayores, descubrió las islas llamadas —Caimán Brac y Pequeño Caimán, pues Colón nunca vio la isla de Gran Caimán—, que recibieron el nombre de Las Tortugas. Se les dio ese nombre por la gran cantidad de tortugas que había en ellas y alrededor. En 1670, por el tratado de Madrid, España cedió las islas a Gran Bretaña, y desde entonces han sido colonia británica.
¿Dónde están las islas Caimán? Se comprendería tal pregunta, porque estas islas son tan pequeñas que rara vez figuran en los mapas del mundo. Cuando aparecen, quizás sea sólo como tres puntitos en la parte oeste del mar Caribe, a 240 km (150 millas) al sur de Cuba, o unos 800 km (500 millas) al sur de Miami, Florida.
El 20 de mayo de 1506 murió Colón en Valladolid.
Fuente: Wikipedia
Escribe: Guillermo Reyna Allan

viernes, 3 de octubre de 2008

Cristóbal Colón, el gran navegante (Parte II)


Colón empezó a idear su plan de llegar a Cipango (el moderno Japón) y a las tierras del Gran Khan navegando hacia Occidente. Es difícil estimar en qué momento nació el proyecto, pero puede fecharse después de su matrimonio y antes de 1481.
Probablemente tuvo conocimientos de los informes del matemático y médico florentino Paolo dal Pozzo Toscanelli sobre la posibilidad de llegar a las Indias por el oeste, redactados a instancias del rey de Portugal, interesado en el asunto.
Sea como fuere, Colón tuvo acceso a una carta de Toscanelli que iba acompañada de un mapa en que se trazaba el trayecto a seguir al oriente asiático, incluidas todas las islas que se suponían debían estar en el trayecto. Este mapa y las noticias de Toscanelli estaban basados principalmente en los viajes de Marco Polo. (Imágen de la derecha)

La idea de Colón se basaba en que la Tierra tenía una circunferencia de 29.000 km, según la "medición" de Posidonio y la medida del grado terrestre de d'Ailly, sin considerar que éste hablaba de millas árabes y no italianas, que son más cortas, de modo que cifraba esa circunferencia en menos de las tres cuartas partes de la real, que por otro lado era la aceptada científicamente desde tiempos de Eratóstenes. Como resultado de lo anterior, según Colón, entre las Canarias y Cipango debía haber unas 2.400 millas marinas, siendo 10.700 en la realidad. Para mostrar su proyecto, dibujó un mapa, basado en el de Toscanelli, que incluía numerosas islas en el camino que harían más fácil la navegación.

Por 1483 ó 1484 presentó este proyecto ante el rey Juan II de Portugal, siendo rechazado, porque entonces estaba el rey intentando alejar a Castilla de sus colonias.
No le quedó otro remedio que acudir a Castilla. Se dirigió con su hijo Diego Colón a Palos de la Frontera (Huelva), en 1485. En el vecino monasterio de La Rábida, hizo amistad con fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena, a quienes confió sus planes. Los frailes lo apoyaron y recomendaron a fray Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel I.
La reina se interesó por la idea, pero quiso que, previamente, un consejo de doctos varones, presidido por Talavera, diera un dictamen sobre la viabilidad del proyecto, mientras asignaba a Colón, pobre de recursos, una subvención de la corona.

Conoció en esa época a la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana, que fue madre de su hijo Fernando (había enviudado hacía tiempo, pero no contrajo nuevo matrimonio).
Colón pasó nuevamente a Portugal a intentar suerte pero, por las razones antedichas, sin resultado. Talavera le recomendó ofrecer su proyecto al duque de Medinaceli, quien se mostró interesado. Sin embargo, al ser consultada la reina, mandó a llamar a Colón dándole la promesa de ocuparse de su plan tan pronto como se terminara la conquista de Granada.
Obtenidos los recursos y permisos de la corona española Colón comenzó a elaborar su viaje.


Cuando llegó a la villa de Palos, se encontró con la oposición de los vecinos, que desconfiaban del extraño. La Real Provisión dirigida a Diego Rodríguez Prieto y otros vecinos de Palos fue leída en la puerta de la Iglesia de San Jorge, donde estaba situada la plaza pública. También hubo problemas en el reclutamiento de marineros, pero los religiosos de La Rábida, en especial fray Juan Pérez y fray Antonio de Marchena, lograron solucionarlo, al poner en contacto a Colón con Martín Alonso Pinzón, destacado navegante local, que apoyó la posibilidad del viaje, contra lo que la gente pensaba del proyecto, quien además puso también, de su hacienda personal, medio millón de maravedíes, la tercera parte de los gastos en metálico de la empresa.

Una vez logrado el apoyo de Martín Alonso y sus hermanos, el resto de la marinería necesaria para la empresa fue mas fácil de reclutar. Destacadas familias de marineros de la zona, como los Niño de Moguer, los Quintero de Palos, y otros marineros de prestigio fueron decisivos para el definitivo reclutamiento de marineros.
Finalizados todos los preparativos, la expedición zarpó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, con las carabelas La Pinta y La Niña, y con la nao Santa María.
Hasta el 6 de septiembre estuvo en las Islas Canarias, concretamente en La Gomera (visitando a Beatriz de Bobadilla, gobernadora de la isla) y en Gran Canaria, arreglando el timón de La Pinta, y sustituyendo sus velas triangulares originales por unas cuadradas, lo que la convirtió en la carabela más rápida de la flotilla.


El 12 de octubre, cuando la tripulación ya estaba inquieta por la larga travesía sin llegar a ninguna parte, el grumete Rodrigo de Triana dio el famoso grito de: Tierra a la vista. Llegaron a una isla llamada Guanahani, a la que rebautizó San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas.
También desembarcó en la isla de Cuba y la de La Española. En esta, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la nao capitana, la Santa María. Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así el primer asentamiento español en América.

Fuente: Wikipedia
Escribe: Guillermo Reyna Allan