domingo, 27 de abril de 2008

Guillermo Brown






Gotitas de Historia recuerda hoy al Almirante Guillermo Brown, uno de los paladines de la libertad en el continente.

Brown nació en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777. Su nombre está íntimamente vinculado a las luchas por la independencia argentina, a la guerra contra el Imperio de¡ eras¡¡, a las luchas; civiles de¡ período de Rosas. Emigró con sus padres a los Estados Unidos siendo todavía un niño.

Quedó huérfano a corta edad y entra como grumete en un barco de guerra inglés. Años después se le encuentra al mando de una nave de pabellón británico que fue apresada por los franceses y conducida a Metz con su comandante. Brown consigue fugarse y llegar a Inglaterra tras no pocas peripecias. Contrajo allí matrimonio en 1809 y emigró hacia él Río de la Plata, a donde llega el mismo año. Después de una breve permanencia en Montevideo se traslada a Buenos Aires y se compra una Goleta llamada "Industria" para realizar un servicio regular entre Buenos Aires y Montevideo.



Al producirse la Revolución de Mayo se adhiere al movimiento y en 1814 acepta el mando de una escuadrilla para hacer frente a las interferencias de los buques españoles. El gobierno de Buenos Aires compra y arma la fragata Hércules, los bergantines Zephoys y Nancy y la goleta Juliet. Se les reúnen después. las goletas Julieta y Fortunata, la cañonera Tortuga y el falucho San Luis, con los que el 10 de marzo hace rumbo a Martín García, isla en la que desembarca. Luego se dirigió a Montevideo y el 17 de mayo tuvo una gran victoria sobre los buques realistas, superiores en número y armamento.


Cooperó positivamente en el sitio a Montevideo, plaza que bombardeó y cuya rendición, ocurrida en junio, debióse en gran parte al asedio marítimo. El Supremo Director Posadas, lo ascendió a Coronel, como premio a su comportamiento.Tuvo prisionero a borde del Hércules al Gral. Vigodet que regresó a España al cabo de 14 días. Brown tuvo que regresar a Buenos Aires a consecuencia de una herida que habla recibido en combate y el gobierno lo designa Comandante General de la Marina. Por los efectos de esa herida queda cojo para toda la vida. Posteriormente, se retira a su quinta de Barracas, donde permanece alejado de la vida pública hasta que en 1826 lo llama a servicio el presidente Rivadavia. Ese año combate en el puerto de la Colonia contra la escuadra brasileña, resultándose adversa la suerte, hasta que con once embarcaciones mal pertrechadas y con una tripulación pobre derrota a los brasileños que mandaban 31 unidades.

Este fue el histórico combate naval de Los Pozos, realizado el 11 de junio de 1826. Al año siguiente, el 9 de febrero, volvió a derrotarlos en Juncal. Obtiene una nueva victoria en Monte Santiago, pero en ese combate pierde la vida el capitán Francisco Drummond, novio de su hija Elisa Brown, la cual al enterarse de la noticia se suicida. Este hecho marca en la vida psíquica de¡ marino una de las etapas decisivas de la neurosis que llegó a dominarlo.

En 1829, vuelve a la vida privada y en 1837 hace un viaje a su país natal. A principios de 1841, Rosas le confía la misión de crear una escuadra para hacer frente a Rivera y a los buques extranjeros que tanto le molestaban con sus agresiones. El 27 de febrero hacía flamear su insignia de Almirante en el bergantín Belgrano. En mayo derrotó a los riveristas frente a Montevideo y en 1842 venció a la escuadra adversaria mandada por Garibaldi.

En 1843 bloquea Montevideo por orden de Rosas, bloqueo que la intervención británica hizo fracasar. En 1845, se vio forzado a regresar a Buenos Aires obligándolo las escuadras europeas a firmar un documento por el que se comprometía, dada su calidad de británico a no intervenir más en aquella contienda.

Fallece en Buenos Aires el 3 de marzo de 1857. Brown simboliza toda la historia naval argentina, dice Bartolomé Mitre : "No teníamos astilleros, ni maderas, ni marineros, ni nuestro carácter nos arrastraba a las aventuras de¡ mar, ni nadie se imaginaba que sin esos elementos pudiéramos competir algún día sobre las aguas con potencias marítimas que enarbolaban en bosques de mástiles centenares de gallardetes. Este prodigio lo realizó el Almirante Brown en los momentos de mayor conflicto en las dos guerras nacionales que ha sostenido la Argentina".


Fuente: portalplanetasedna
Escribe: Guillermo Reyna Allan

lunes, 7 de abril de 2008

Leonardo Da Vinci (Parte IV)






Cerramos hoy la breve biografía del gran Leonardo. Por ello ingresaremos en el repaso de los últimos años del genio.


En el año 1509 hace estudios geológicos de los valles lombardos. El 28 de abril de 1509 escribe haber resuelto el problema de la cuadratura del ángulo curvilíneo y al año siguiente estudió anatomía con Marcantonio della Torre en la universidad de Pavía.
Partió de Milán con dirección a Roma el 24 de septiembre de 1513, junto con sus alumnos Melzi, Salai, un tal Lorenzo y el Fanfoja. Se alojó en el Vaticano, en un estudio del Belvedere, bajo la protección de Juliano II de Médicis, hermano del papa León X. En la Ciudad Eterna trabajaban en aquella época pintores como Rafael, que estaba pintando al fresco los apartamentos papales, o Miguel Ángel, del cual estaba separado por una antigua enemistad; arquitectos como Bramante y Giuliano da Sangallo se ocupaban de la construcción de San Pedro. Pero Leonardo no tuvo mucho contacto con estos artistas, pues se dedicó a estudios matemáticos y científicos (mecánica, óptica). También buscó fósiles en el cercano Monte Mario, pero se lamentó con Giuliano que le impidiesen estudiar anatomía en el Hospital del Santo Espíritu. Se ocupó del proyecto de desecación de las Lagunas Pontinas - y fue aprobado por el papa León X el 14 de diciembre de 1514, pero no fue ejecutado por la muerte tanto de Giuliano como la del papa. También se ocupó de la sistematización del puerto de Civitavecchia.


En 1515 Francisco I de Francia volvió a tomar Milán. Leonardo recibió el encargo de hacer un centro de mesa, un león mecánico, para las conversaciones de paz entre el rey francés y el papa León X en Bolonia, donde probablemente conoció al rey.
En Roma comenzó a trabajar en un viejo proyecto de espejos que campasen los rayos de sol para calentar una cisterna de agua. Tuvo, no obstante, dificultades con los trabajadores alemanes, especialistas en espejos. Se cree que fueron ellos quienes estaban detrás de una carta anónima en la que se le acusaba de brujería. En ausencia de la protección de Giuliano de Médicis y teniendo en frente una situación preocupante, Leonardo se vio constreñido, una vez más, a marcharse. Esta vez había decidido abandonar Italia. Era anciano, necesitaba tranquilidad y alguien que lo apreciase y ayudara.

La última noticia de su periodo romano data de agosto de 1516, cuando medía las dimensiones de la Basílica de san Pablo.

Francisco I
En 1517 Francisco I lo invitó a su país, donde en mayo, junto a Melzi y el sirviente Battista de Vilania, se alojó en el castillo de Clos-Lucé, cerca de Amboise, honrado con el título de premier peintre, architecte, et mecanicien du roi y de una pensión de 5.000 escudos. La alta consideración de que gozaba queda demostrada incluso por la visita que recibió, el 10 de octubre de ese año, del cardenal de Aragón, Antonio de Beatis, y de su séquito; Leonardo le mostró una serie de pinturas que causaron su admiración y que han sido identificadas como la Gioconda, San Juan Bautista y La Virgen, Santa Ana y el Niño.

Proyectó el palacio real de Romorantin, que Francisco I pretendía erigir para su madre Luisa de Saboya: sería una pequeña ciudad, para la cual previó el desvío de un río que la enriqueciera con agua y fertilizase la campiña vecina. En 1518 participó en las celebraciones del bautizo del Delfín y de las bodas de Lorenzo de Médicis con una sobrina del rey francés. Ese mismo año Salai abandonó a Leonardo y retornó a Milán, donde más adelante (el 19 de enero de 1524) perecería en un duelo.
Leonardo falleció el 2 de mayo de 1519, en la mansión o castillo de Clos Lucé (Francia). Francisco I se había convertido en un amigo muy cercano. Vasari recoge que el rey sostuvo la cabeza de Leonardo en sus brazos al tiempo que moría, aunque esta historia, amada por los franceses y representada por Ingres en una pintura romántica, parece más una leyenda que realidad. Vasari también dice que en sus últimos días, Leonardo pidió que un sacerdote recibiera su confesión y le diera la extremaunción.

De acuerdo a sus deseos, 60 mendigos siguieron su ataúd. Fue enterrado en la capilla de Saint-Hubert en el Castillo de Amboise. Cincuenta años más tarde, violada su tumba, sus despojos se dispersaron en los desórdenes de las luchas religiosas entre católicos y hugonotes.
El 23 de abril Leonardo había redactado su testamento ante el notario Guillermo Boreau. Melzi fue su principal heredero y albacea, pero Salai no fue olvidado: recibió la Gioconda y la mitad del viñedo de Leonardo, correspondiéndole la otra mitad al sirviente De Vilanis. A su criada Maturina diez paños y dos ducados; a sus medio hermanos, 400 escudos depositados en Florencia y un poder en Fiesole.


Escribe: Guillermo Reyna Allan