sábado, 27 de noviembre de 2010

Andresito, uno de los próceres "olvidados"



Cuando se diseñó la galería de próceres argentinos, no se tuvo en cuenta los heroicos hombres que actuaron lejos del área de influencia de la elite “culta” porteña. Los hombres ilustrados, rectores en la confección de nuestros programas educativos, quizá deslumbrados por el avance del conocimiento europeo, trazaron paralelos entre los modelos importados y nuestros distinguidos patriotas. Nunca miraron más allá del territorio de Buenos Aires. Con algunas excepciones se ocuparon de rescatar del olvido a descollantes personajes cordobeses, santiagueños, tucumanos, riojanos, santafesinos, entrerrianos, correntinos, mendocinos, sanjuaninos, y salteños. Es que ése era el escenario de los avatares de la política porteña. Lo que ocurrió antes de su protagonismo histórico nacional, poco les importó. Esta será la razón, quizá, por la que desconocemos la existencia de figuras aborígenes o mestizas, que también ayudaron a construir nuestra identidad nacional.

Entre esos hombres que bien podrían constituirse en modelos para las jóvenes generaciones, quiero rescatar para ustedes la figura de Andrés Guacurarí. Hombre bajito, bien proporcionado de cuerpo, cara redonda, huellas de viruela sobre ella, poca barba, mirada penetrante, mestizo de blanco e india, valiente y supersticioso, sabía leer y escribir. Para la clase dominante de entonces era “hijo bastardo”, así que debió vivir con su madre. Un cura de Santo Tomé advirtió la inteligencia del mancebo, tomándolo a su cuidado, brindándole una esmerada educación. En los años de la invasión portuguesa a nuestro litoral norte, conoció a José Gervasio Artigas, oriental comprometido en las luchas políticas de su tiempo. El “protector de los pueblos libres”, lo adoptó como hijo, nombrándolo en 1815, Comandante General de las Misiones. Su misión era custodiar el territorio apetecido por los lusitanos afincados en Brasil. Eran épocas de organización nacional. Recuérdese la negativa a enviar diputados al Congreso de Tucumán reunido en 1816, de las provincias litoraleñas, lideradas por Artigas.

Nuestro personaje se ganó la admiración de sus contemporáneos, que lo llamaron cariñosamente “Andresito”. Con este apelativo se inmortalizó en la toponimia misionera. Participó en numerosas campañas militares contra las fuerzas brasileras, destacándose siempre por su arrojo, valentía y dotes de mando. Brilló en los encuentros militares de La Candelaria, Rincón de la Cruz, Saladas, San Nicolás, y otros. El 9 de mayo de 1819 fue derrotado junto a su padre adoptivo, Artigas, por el comandante portugués Abreu, en la batalla de Itacurubí. Cae prisionero y comienza para él una denigrante vida transcurrida en las cárceles brasileñas.

Andrés Guacurarí, el Comandante Andresito, consigue en 1821 el indulto merced a los oficios del influyente español Francisco Borja Margariño. A partir de ese momento pierde protagonismo histórico, pues los historiadores no se ponen de acuerdo en cuanto a la fecha y lugar de su muerte. Algunos afirman que fue asesinado en el camino de regreso, otros sostienen que murió envenenado en una cárcel.

El 3 de julio de 1821 Andrés Guacuaraí arribó a Montevideo y a partir de esa fecha se pierden sus rastros. No se sabe si murió en Montevideo, si volvió a Misiones, si murió en el viaje, si fue envenenado en la prisión. Lo que si se sabe es que con su prisión Misiones perdió uno de sus mejores hombres. Su acción permitió que esta provincia quedara para la patria.

Andresito ocupó los cargos de: comandante General de las Misiones, Capitán de Blandengues, Teniente Gobernador de Corrientes, Coronel de Caballería del Ejército Patriota. Vivió y murió en el anonimato, luchando por la causa federal que le supo transmitir su padre adoptivo, el gran Caraí Guazú Artigas, según sus propias expresiones.




Campaña del Río Paraná contra la Invasión Parguaya (1815)Andresito fue designado por Artigas en 1815, Comandante General de Misiones, cargo que ocupó hasta 1816.El Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, so pretexto de inconducta de las fuerzas artiguistas en su frontera, dispuso la ocupación de los pueblos misioneros de la banda oriental del Paraná. El capitán paraguayo Francisco Antonio González se apoderó en agosto de 1815 violentamente de los pueblos de Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio y Corpus. Posteriormente lo reemplazó el comandante José Isasi.Artigas ordena a Andresito que impida el avance paraguayo y que los haga repasar el río Paraná. Organizó una fuerza de 500 hombres (indios) de infantería y caballería. Se recupera Candelaria; el asalto fue dirigido por fray José Acevedo y el capitán Manuel Miño el 10 de Septiembre de 1815. Isasi se entrega. Con posterioridad Andresito recupera los demás pueblos: Santa Ana, San Ignacio Miní, Loreto y Corpus.Andresito gobernador de MisionesAsumió el gobierno de Misiones con el cargo de Comandante General. Instaló su sede en Candelaria. Su gobierno fue recto y justo, procediendo en todo, conforme a la orientación política artiguista. Recuperó los pueblos misioneros sobre el Paraná.Los Cabildos indios volvieron a funcionar regularmente durante su gobierno. Se encargaron de administrar las estancias y yerbales y comerciar con las demás provincias.Instaló una fábrica de pólvora en Concepción. Ordenó la construcción de rústicos hornos para fabricar chuzas.Toda su organización fue interrumpida por la invasión portuguesa.Primera campaña del Río Uruguay contra la invasión Luso-Brasileña (1816)Es intención de Andresito la reconquista de las misiones Orientales, para ello instaló una fábrica de pólvora y reorganizó su ejército.Inicia la marcha con 1000 hombres desde Santo Tomé en 1816. Obtiene un triunfo en Sao Joa Vello. Por proclama hace saber a los 7 pueblos sus intenciones. Instaló su campamento en Itaquí (frente a Alvear, Corrientes). Los luso-brasileños tienen su campamento en San Borja. Se produce un combate en Rincón de la Cruz, triunfa Andresito y recibe la adhesión de los naturales de la región.Andresito sitió San Borja el 21 de septiembre de 1816, los luso-brasileños se resisten, después reciben refuerzos y derrotan a Andresito obligándolo a retirarse repasando el río Uruguay.Los portugueses vuelven a atacar en 1817 en la cercanía de la barra del Aguapey.Por órdenes del gobernador de Río Grande do Sul, los luso-brasileños saquearon e incendiaron los pueblos de Yapeyú, La Cruz, Santo Tomé, Santa María y Mártires. Saquearon únicamente a Apóstoles, San José y San Carlos y llevaron cuanto había de valor.Dos veces más atacaron los portugueses pero los ejércitos de Andresito los derrotaron en Apóstoles y San Carlos.Campaña de Corrientes en defensa del federalismo (1818-1819)Luego del combate de San Carlos, Andresito instaló su cuartel en Tranquera de Loreto y vigiló los movimientos de los paraguayos y de los portugueses.Recibió las órdenes de Artigas de marchar sobre Corrientes para reestablecer la autoridad federal, resentida por un golpe militar dirigido por el capitán José F. Vedoya adherido al centralismo porteño.Se produjeron dos encuentros, uno en Caa-Catí y otro en Saladas en 1818, ambos posibilitaron el triunfo de Andresito.Andresito gobernador de CorrientesEjerció la gobernación hasta abril de 1819. Reorganizó el gobierno civil. Ningún pueblo dejó de tener autoridad constituida.Había un enfrentamiento entre el patriciado de las ciudades capitales y las masas rurales. La sociedad correntina estaba acostumbrada desde la época de las colonias, a encomiendas donde no existían los sueldos y se trabajaba por la comida; a los hijos se los tenía en las casas de viejas familias como "criados", con la paga del plato diario. Los indios eran la base de todas estas actividades y los esclavos. Andresito se abocó a la tarea de liberar indios y esclavos.Realizó el reparto de tierras a los que las necesitaban y a los que las querían para trabajarlas.Segunda campaña del Río Uruguay contra la invasión Luso-Brasileña (1819)Para 1819 el ejército de Artigas no contaba con suficientes medios ni hombres para resistir a los invasores. Sólo Andresito volvió a la lucha; abatió guarniciones enemigas y tomó posición de los pueblos de las misiones orientales. Se instaló en San Nicolás. Quiso atacar a Chagas, pero el asalto fracasó y los luso-portugueses se retiraron y pidieron refuerzos a Porto Alegre y a Alegrete.Andresito marchó al sur intentando contactarse con Artigas, pero no lo consiguió. Chagas con refuerzos retomó San Nicolás.Andresito decide volver y en su contramarcha chocó con las poderosas fuerzas brasileñas en Itá-Curuví en Julio de 1819. El combate fue violento. Andresito debió retirarse y dispersar sus tropas con la consigna de reunirse en la otra banda del río Uruguay, en nuestra provincia. Algunos lo consiguieron, otros grupos fueron alcanzados por los luso-portugueses y se produjeron sangrientos entreveros, en uno de los cuales perdió a vida el cacique Tiraparé. Cuando Andresito se preparaba para cruzar el río en una jangadilla con un pequeño grupo fue sorprendido por una fuerte patrulla que lo tomó prisionero. Fue llevado a las cárceles de Porto Alegre a pié, con cueros frescos atados por el cuello que se iban secando en el camino. Debió trabajar en obras públicas. Luego fue llevado a un pontón a Río de Janeiro con otros compañeros y luego a la isla Das Cobras.




Fuentes:- Colaboracion de José Ramón Farías- La Gazeta Federal http://www.lagazeta.com.ar/Ver temas reacionados:- José Gervacio de Artigas- Artigas y el Revisionismo histórico- Instrucciones del año XIII


jueves, 18 de noviembre de 2010

La batalla de la Vuelta de Obligado

El 20 de noviembre de 1845 en las costas del Río Paraná, se batieron con alma y vida las tropas argentinas hasta quedar sin munición, y vencidos por la superioridad de las fuerzas invasoras, con armas de alta tecnología como los nuevos "barcos de guerra a vapor" y los cañones estriados de carga posterior. La Flota Inglesa al mando del Almirante Inglefield y la francesa al mando del almirante Lainé. Después del bombardeo y al desembarco, las cargas de bayoneta se repitieron y los principales jefes argentinos fueron heridos en combate. Los gritos de Viva la Patria se repetían y en medio del combate, la banda de Música del Regimiento Nº 1 de Patricios por orden del General Lucio Norberto Mansilla, tocó el Himno Nacional Argentino, coreado a gritos de rabia por los bravos que defendían la posición. Por eso el 20 de noviembre, recordamos en nuestra Patria, el 160º Aniversario del Día de la Soberanía Nacional ".


El Dr. Sabino O´Donnell, a quienes algunos consideran nuestro primer cronista de guerra, deja un valioso testimonio sobre el combate: “Hoy he visto lo que es un valiente. Empezó el fuego a las 9 y media y duró hasta las 5 y media de la tarde en las baterías, y continúa ahora entre el monte de Obligado el fuego de fusil (son las 11 de la noche). Mi tío ha permanecido entre los merlones de las baterías y entre las lluvias de balas y la metralla de 120 cañones enemigos. Desmontada ya nuestra artillería, apagados completamente sus fuegos, el enemigo hizo señas de desembarcar; entonces mi tío se puso personalmente al frente de la infantería y marchaba a impedir el desembarco, cuando cayó herido por el golpe de metralla; sin embargo se disputó el terreno con honor, y se salvó toda la artillería volante.Nuestra pérdida puede aproximarse a trescientos valientes entre muertos, heridos y contusos; la del enemigo puede decirse que es doblemente mayor; han echado al agua montones de cadáveres (...)Esta es una batalla muy gloriosa para nuestro país. Nos hemos defendido con bizarría y heroicidad” Al día siguiente de la batalla llegarían los doctores Mariano Martínez y Claudio Silva, del Hospital del cuartel de Santos Lugares, enviados por Rosas. Sostendrán una junta médica con O´Donnelll y con el doctor Mariano Marenco y el profesor Cornelio Romero. El informe a Palermo, fué el siguiente:“El doctor D. Sabino O´Donnell que había asistido al Sr. General desde los primeros momentos, nos hizo la historia de los accidentes que había sufrido y los medios que había empleado para evitar perniciosas consecuencias. El Sr. General Mansilla recibió en la tarde del 20 un golpe de metralla (la que hemos visto y pesa más de más de una libra) en el lado izquierdo del estómago, sobre las distintas costillas, y según hemos reconocido, ha sido fracturada una de estas. Cayó sin sentido, sufrió por muchas horas desmayos, vómitos, y otros molestos accidentes que fueron calmando gradualmente; se le ha aplicado un vendaje apropiado para remediar la fractura de la costilla, y se emplean los medios que aconseja el arte”.

Fue una honrosa derrota de las Fuerzas de la Confederación Argentina , pero no fue el fin de la Guerra. La victoria de las Fuerzas Navales Franco-Inglesas fue un gran problema, porque forzaron el paso del Río Paraná y dominaron todo el río, para proteger sus buques mercantes, pero NO podían avanzar tierra adentro fuera de las costas, comerciando con sus cien buques cargados de mercaderías en los principales puertos de la Mesopotamia , el Paraguay y el Uruguay. Pero el sentimiento de toda la Nación Argentina se oponía a ello. Soberanía Nacional que defiende el Brigadier Juan Manuel de Rosas, por la ambición desmedida de los Gobiernos de Gran Bretaña, de Francia y del Imperio de Brasil. Oportunidad donde se deshace: el proyecto de independizar la Mesopotamia (gestionado por los interventores extranjeros en el tratado de Alcarás, entre Urquiza y Jefes unitarios. Se termina la intervención naval Anglo-Francesa. Y poco después, el 13 de julio de 1846, Sir Samuel Tomás Hood, con plenos poderes de los gobiernos de Inglaterra y Francia, presenta humildemente ante Rosas "el más honorable retiro posible de la intervención naval conjunta". Que el Restaurador de las Leyes lo haría pagar en un bien ganado "precio de laureles". Donde finaliza la posibilidad de Intervenir al Paraguay, y que el Uruguay pase a ser una colonia francesa.

Previamente las potencias europeas se habían desligado del Imperio de Brasil y no le permiten intervenir en la contienda y las "utilidades comerciales" del ambicioso proyecto. Teniendo que definir la ocupación definitiva de las Misiones Orientales recién después de Caseros, con la colaboración de Urquiza, cuando derrotan al Gral Oribe en el Uruguay primero y a Rosas en la Confederación Argentina. El anciano General San Martín desde Francia envió una carta a Rosas el 11 de enero de 1846, donde le escribía sobre: "...la injustísima agresión y abuso de la fuerza de la Inglaterra y de la Francia contra nuestro país...". Tal fue su sentimiento que en carta anterior a la contienda, ofreció su espada y que se subordinaba a Rosas para combatir al enemigo que acechaba y atacaba a nuestra Patria. (Ver Rosas y San Martíin durante la agresión anglo-francesa) El fin de la Guerra del Río Paraná se logró luego de la derrota de los invasores el 4 de Junio de 1846 en el combate en "El Quebracho", lo que llevaría al cese de las hostilidades por parte de Gran Bretaña y luego Francia y el posterior reinicio de las relaciones comerciales y amistosas con la Confederación Argentina , y con el Brigadier General Juan Manuel de Rosas, defensor de la Soberanía Nacional.

Fuente: lagazeta.com.ar






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