sábado, 31 de octubre de 2009

Los incas

La civilización de los Incas ha sido una de las más importantes sociedades americanas que se desarrollaron antes del descubrimiento de América, y -probablemente- de toda la historia universal. Para comprender como era la vida de los incas, les propongo este simple análisis de esta magnífica sociedad.

Organización social

En el Imperio incaico existían diferentes grupos sociales. A la cabeza de la sociedad se encontraba la nobleza real. La nobleza incaica estaba formada por los sacerdotes, los guerreros más importantes y los funcionarios. Este grupo dominante controlaba el Estado y los tributos que los campesinos entregaban. Dentro de este grupo social se hallaba el inca o emperador.
Otro grupo con poder en la sociedad inca eran los nobles de provincia o los curacas. Eran los jefes que gobernaban en cada región. Tenían poder sobre los campesinos, que vivían organizados en comunidades llamadas ayllu.
Los artesanos generalmente habían sido trasladados desde su ayllu al Cuzco, donde trabajaban para el Estado. A cambio el Inca les proporcionaba alimentos, vestimentas y las herramientas necesarias para su trabajo.
En el último escalón de la sociedad incaica se hallaban los sirvientes perpetuos o yanas. Estas personas habían sido desarraigadas de sus ayllu, y debían trabajar para el Inca o para la persona a quien el Inca los donara.
Organización económica

Como hemos dicho el núcleo económico, social y político de cada pueblo era la comunidad o ayllu.
El ayllu estaba conformado por grupos de familias emparentadas entre sí. El ayllu poseía tierras, bosques, ganados y pastos que eran de propiedad colectiva.
Toda persona, por pertenecer al ayllu, tenía acceso a estos bienes comunitarios. Este derecho tenía como contrapartida obligaciones: cooperar en las festividades religiosas y participar en los trabajos comunales.
Sobre esta estructura tradicional de la comunidad, el imperio incaico designó un curaca. Este curaca o gobernador era un funcionario estatal que pertenecía al propio ayllu. Él ejercía el poder en nombre del Inca.
El Imperio Inca se sostenía económicamente gracias a un sistema de impuestos (tributo) en trabajo. La ley exigía a cada miembro del ayllu trabajar cierta cantidad de horas por año para el estado. Podían cultivar las tierras del estado, participar en la construcción de obras públicas, o servir en el ejército.
Organización política
Los Incas construyeron poderoso imperio. El Imperio Incaico logró su mayor expansión territorial a fines del siglo XV. Esto lo lograron al dominar – mediante guerras de conquista- a los pueblos de otras zonas. El imperio (Tahuantisuyo) estaba dividido en cuatro regiones. Cada región, a su vez, se subdividía en provincias.

Al frente del Imperio estaba el Inca o emperador. En una segunda línea de mando, estaban los gobernadores o curacas, que dirigían las zonas conquistadas.

Al morir el Inca, los gobernadores de las cuatro regiones se reunían en un consejo. La función del consejo era designar al sucesor entre los hijos legítimos del Inca.
Hay que destacar que el nuevo Inca heredaba, sin embargo, sólo el cargo. En cambio, las riquezas y sirvientes del soberano fallecido pasaban a manos de los otros descendientes. El emperador electo tenía entonces la necesidad de obtener nuevas tierras y nuevos sirvientes. Por ese motivo, una de sus principales acciones era emprender guerras de conquista.
Fuentes: Historia sobre historia
ALONSO, M., ELISALDE, R. y VÁZQUEZ, E. Historia. Europa moderna y América colonial. Buenos Aires, Aique, 1994. p. 90/1.
SILVA GALDAMES, Osvaldo. Civilizaciones prehispánicas de América. Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1986. p. 174/5.
CONRAD, G. y DEMAREST, A. Religión e Imperio. Dinámica de la expansión inca y azteca. S/l, s/e, s/f. p. 153/4.

Imágenes:
Centro ceremonial de Machu Picchu, en Wikipedia
Mapa del Imperio Incaico, en Kalipedia
Terrazas de cultivo, DrCarlosAMG en Flickr

sábado, 24 de octubre de 2009

Charles Darwin

Charles Darwin fue un científico naturalista que revolucionó con su teoría sobre el origen de las especies la forma en que se concebía el desarrollo de la vida sobre nuestro planeta. A punto tal resultó controvertida la teoría de Darwin, que sólo varias décadas después de su muerte la comunidad científica la aceptó definitivamente como válida. Veamos, entonces, quien fue este importante personaje histórico y cual fue su gran aporte a la historia de la humanidad.

Charles Darwin nació en Shrewsbury, Inglaterra, en 1809. En su juventud, realizó estudios universitarios de medicina y de ciencias naturales. Pero quizás los mayores aportes a su formación como científico los obtuvo gracias a la expedición científica alrededor del mundo en el HMS Beagle.
Viajando Darwin observó en forma directa la naturaleza. Centró su atención en la distribución geográfica de las especies silvestres y en los fósiles que recogió durante su investigación. Al regresar a Inglaterra, tomó todo esto como punto de partida para indagar sobre los cambios en las especies. Era el camino para la elaboración de la teoría de la selección natural.
Cabe aclarar que la teoría de la evolución no fue producto aislado del genio científico de Darwin. Muchos otros investigadores naturalistas contribuyeron a su desarrollo. Pero sin dudas la obra de Darwin El origen de las especies (1859), fue el libro que más aportó a este gran avance científico.

Viaje de Darwin en el Beagle


La teoría de Darwin es conocida como la teoría de la “selección natural”. Según esta teoría, las especies de las plantas y animales actuales descendían de otras especies del pasado.
Esa transformación se debe a que las especies necesitan adaptarse a las condiciones adversas de la naturaleza para no extinguirse. Para lograrlo se transforman muy lentamente durante mucho tiempo. Las especies que logran transformarse para sobrevivir son las que triunfan en el proceso de evolución. Darwin consideraba que el proceso evolutivo era continuo, gradual y lineal.
Siguiendo esta teoría de la evolución, los seres humanos también debían descender de una especie del pasado. Darwin postulaba que el hombre tenía como antecesor un animal similar a los monos antropoides (que se parecen a los humanos). Los posteriores descubrimientos de fósiles de homínidos demostraron la validez de la teoría darwiniana de la evolución.


Caricatura de la revista Hornet de Darwin con cuerpo de mono

La publicación de El origen de las especies fue muy controvertida. Las ideas creacionistas que defendían que el hombre había sido “creado” estaban muy arraigadas en las creencias religiosas. Muchos rechazaron la teoría de Darwin porque se oponía a su convicción de que Dios había creado al ser humano, tal como lo cuenta la Biblia.

Otras obras publicadas por Darwin fueron: La variación de los animales y plantas bajo la acción de la domesticación, La descendencia humana y la selección natural y Expresión de las emociones en el hombre y los animales. Charles Darwin murió en 1882.

Fuente y fotos: Wikipedia

Escrito por: Silvina en sobrehistoria.com

Guillermo Reyna Allan

lunes, 19 de octubre de 2009

¿Qué sabía Cristobal Colón sobre los viajes vikingos a América?

¿Qué sabía Cristobal Colón sobre los viajes vikingos a América? Hay mucho debate sobre este tema, veamos un poco la historia de los vikingos y Colón.
En torno al año 1000 los vikingos se asentaron en Groenlandia y realizaron varios viajes al continente americano. Esos viajes se relataron luego en dos sagas islandesas, la Saga de los Groenlandeses y la Saga de Erik el Rojo.

Los viajes fueron varios, y en algunos hasta permanecieron mucho tiempo en tierra. Ocurrieron entre el año 970 y el 1030. Las sagas se cree que fueron pasadas por escrito en el siglo XIII.
Está fuera de toda duda, actualmente, la veracidad de las sagas ya que también hay pruebas arqueológicas tanto en Groenlandia como en Terranova, Canadá (L’Anse aux Meadows). Pero sobre lo que sí hay duda es sobre qué tanto se conocían estas sagas y esos viajes para la época del primer viaje de Colón.

El asunto es que la colonia vikinga de Groenlandia fue abandonada o desapareció hacia principios del 1400. Esto se debió a dos causas, una es la pequeña edad de hielo que se dio en la región para esa época, que volvió muy inhóspita a la isla de Groenlandia, y la otra es que los esquimales, que ya vivían en la isla, también sufrieron el frío por lo que bajaron al sur de la isla.
No se sabe con exactitud lo que ocurrió con los pobladores europeos, pero lo cierto es que para inicios de 1400 ya no había colonias allí.

Ahora, ¿Qué se sabía en Europa central de todo esto? No hay datos sobre el tema, se ignora cuanto se conocían las sagas, y que tanta gente sabía sobre Groenlandia y las tierras que había más allá, llamadas Vinlandia por los vikingos.

El asunto es que Colón estaba muy seguro de su viaje a pesar de las objeciones que le hacían los sabios españoles. Había pedido tales demandas antes del viaje que hacen creer a uno que tenía una seguridad casi total de la existencia de tierras más allá.
Y sí, unos dicen que él estaba completamente seguro del viaje a Asia, y como tenía sus cálculos errados sobre la medida de nuestro planeta, él creía que estaba más cerca. Pero otros dicen que tenía datos sobre los viajes vikingos.

Estos podrían provenir de un viaje que supuestamente Colón hizo a Islandia en 1477, o eso cuenta su hijo Fernando.
Es muy curiosa la historia de cómo llega Colón a Portugal y cómo empieza a predicar en favor de que le den ayuda para ir más allá del océano. En 1476, llega a Portugal como náufrago. Al parecer producto de una batalla naval entre piratas y mercantes, cuando viajaba rumbo a Inglaterra. A partir de allí realizó muchos viajes a Inglaterra e Irlanda.
Resulta difícil que no se haya enterado de las historias de los viajes vikingos a Groenlandia y a Vinlandia. Según la mayoría de los historiadores en esos viajes no pasó del norte de Inglaterra, pero el hijo de Colón dice que llegó hasta Islandia, donde sin duda no habían olvidado los viajes vikingos.

Obviamente no se sabía que existiese un continente entero, sino apenas unas tierras al norte. Colón no buscó esas tierras, sino que fue más al sur, pero tal vez el conocimiento de los viajes vikingos lo hayan envalentonado para partir en busca de una ruta rápida a la fuente de las Especias.

Posted by Martín Cagliani

Fuentes: Herrmann, Paul. Historia de los descubrimientos geográficos. Tomo 2. Editorial Labor.
Saga de los Groenlandeses y Saga de Erik el Rojo, Ediciones Siruala.

Guillermo Reyna Allan

viernes, 9 de octubre de 2009

El descubrimiento de América

La expresión Descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, partieron desde el Puerto de Palos de la Frontera, comandados por Cristóbal Colón, y llegaron el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani en lo que hoy es San Salvador (Bahamas).
Los viajes de los portugueses a India siguiendo la costa Africana significaron un estímulo para quienes creían en la ruta hacia el oeste como el camino más corto para llegar hasta las regiones del Asia oriental partiendo desde Europa. Cristóbal Colón fue partidario de esta hipótesis. Apoyado por la monarquía española, organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana en 1492. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. En este artículo se adopta como significado del término, todos los viajes realizados por Colón a América, el encuentro de los españoles con las distintas culturas americanas que habitaban esas tierras, así como las relaciones y conflictos inmediatos entre indígenas y españoles que ese encuentro produjo.
Se trata de uno de los momentos cumbres de la historia universal porque significó el encuentro de dos mundos humanos que se habían desarrollado independientemente, sin que ninguno conociera la existencia del otro.
En el artículo se distingue claramente el acto mismo del descubrimiento, entendido como una serie de viajes que hicieron los primeros españoles que llegaron a América y su dimensión de encuentro entre culturas, del posterior proceso histórico conocido como conquista de América que los europeos realizaron a continuación. Las consecuencias de este encuentro entre dos mundos fueron dramáticas para los nativos americanos, llegando a producirse la muerte de millones de
personas (guerras, esclavitud y, sobre todo, enfermedades) y la desaparición de culturas.
El último libro del poeta argentino Armando Tejada Gómez, descendiente de huarpes, autor de la letra de "Canción con todos", y fallecido ese mismo año, estuvo dedicado precisamente al quinto centenario del descubrimiento, con el título de "El telar del sol":
¿Qué hago con esta sangre de dos sangres?
¿Qué hago con el silicio que me habita?
¿Qué hago con estos pómulos de huarpe
y esta barba telar encanecida?
¿Y qué con mi memoria irreverente
que no quiere olvidar y que no olvida?
¿Y este idioma curtido a la intemperie
sobre el idioma muerto de mi raza?,
¿Con esta antigüedad de antigua piedra
y la genealogía de mis padres?
¿Qué hago con este polvo enamorado
de mi palabra nueva en tu palabra?
(...)Mis hembras han tejido en su paciencia,
telar continental, todas las sangres.
Armando Tejada Gómez, "Telar de la sangre", El telar del sol, 1992.
Fuente: Wikipedia
Guillermo Reyna Allan

viernes, 2 de octubre de 2009

El Mahatma Gandhi

Entre los grandes teóricos que modificaron la configuración política e ideológica del mundo en el siglo XX, figura este hombre de austeridad inflexible y absoluta modestia, que se quejaba del título de Mahatma ('Gran Alma') que le había dado, contra su voluntad, el poeta Rabindranath Tagore. En un país en que la política era sinónimo de corrupción, Gandhi introdujo la ética en ese dominio a través de la prédica y el ejemplo. Vivió en una pobreza sin paliativos, jamás concedió prebendas a sus familiares, y rechazó siempre el poder político, antes y después de la liberación de la India. Este rechazo convirtió al líder de la no-violencia en un caso único entre los revolucionarios de todos los tiempos.

El descubrimiento de Oriente

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en un remoto lugar de la India, en la ciudad costera de Porbandar, del distrito de Gujarat. Éste era entonces un mosaico de minúsculos principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre la vida de sus súbditos. Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar y pertenecía a la casta de los banias, mercaderes de proverbial astucia y habilidad en el comercio. Su madre, llamada Putlibai, procedía de la secta de los pranamis, quienes mezclaban el hinduismo con las enseñanzas del Corán. Era una mujer profundamente religiosa y austera que dividía su tiempo entre el templo y el cuidado de los suyos, amén de practicar frecuentes ayunos. En la formación espiritual de Mohandas, que sentía un ilimitado amor por sus padres, además de la adoración a la diosa Visnú que profesaba la familia, concurrieron una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán, el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía: los jains practicaban la no-violencia no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento.
Ejemplo típico de tardía genialidad, Mohandas fue un adolescente silencioso, retraído y nada brillante en los estudios, que pasó sin llamar la atención por las escuelas de Rajkot. A los trece años, siguiendo la costumbre hindú, lo casaron con una niña de su edad llamada Kasturbai, de quien estaba prometido desde los seis años sin saberlo. El joven esposo se enamoró apasionadamente de la muchacha, y por hacer el amor con ella abandonó el lecho de su padre moribundo la misma noche en que éste murió. El suceso dejó una culpa imborrable en Gandhi, que más tarde se declararía en contra del matrimonio entre niños y a favor de la continencia sexual.

Como sus calificaciones no mejoraron en el instituto, la familia decidió enviarlo a Londres para seguir los cursos de abogacía del Inner Temple, cuyas exigencias eran menores que las de las universidades indias. Con tanto miedo como excitación, el muchacho se embarcó en Bombay en septiembre de 1888. Tenía diecinueve años y acababa de ser padre por primera vez. Antes de partir había prometido solemnemente a su madre no seguir la costumbre inglesa de comer carne, dado que el visnuismo lo prohibía. Varias veces en su adolescencia había transgredido tal norma, impulsado por un amigo que le aconsejaba la carne para parecerse en fortaleza a los ingleses.

En Londres vivió tres años, entre 1888 y 1891, período en que se produjo uno de los hechos más determinantes de su vocación: el descubrimiento de Oriente a través de Occidente. En efecto, en la capital inglesa comenzó a frecuentar a los teósofos, quienes lo iniciaron en la lectura del primer clásico indio, el Bhagavad Gita, al que llegaría a considerar «el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad». También allí entró en contacto con las enseñanzas de Cristo, y durante un tiempo se sintió tan atraído por la ética cristiana que dudó entre ésta y el hinduismo. De esa época son sus intentos de sintetizar los preceptos del budismo, el cristianismo, el islamismo y su religión natal, a través de lo que señaló como el principio unificador de todos ellos: la idea de renunciación.

En estos años decisivos para su formación intelectual leyó a Tolstói, en quien más tarde encontraría el guía para el perfeccionamiento de la práctica y la teoría de la no-violencia. Y cuando regresó a la India con el título de abogado, lo hizo con sus señas de identidad orientales: había ido en busca de la sabiduría occidental y retornaba con el secreto que había hecho sabios a los hindúes.

Los primeros experimentos de la resistencia gandhista

Al volver a Porbandar encontró a su familia desintegrada: la madre había muerto poco antes y los Gandhi habían perdido toda influencia en la corte principesca. Como abogado no halló muchas perspectivas, ya que su primera actuación profesional terminó en un humillante fracaso, pues enmudeció al dirigirse al tribunal y no pudo continuar. Fue entonces cuando una factoría comercial musulmana le ofreció un contrato para atender un caso de la empresa en Durban, y Gandhi no dejó pasar la oportunidad. Se embarcó hacia Sudáfrica en 1893.
En el país de los antiguos colonos holandeses vivía una colonia hindú formada en su mayoría por trabajadores, a quienes los ingleses llamaban despectivamente sami. Carecían de todo derecho, se les despreciaba y discriminaba racialmente, como pudo comprobar en carne propia el joven abogado durante algunos de sus viajes en ferrocarril. Pero la situación era más grave aún de lo que parecía. Terminado su trabajo, Gandhi estaba a punto de regresar a la India cuando se enteró de la existencia de un proyecto de ley para retirar el derecho de sufragio a los hindúes. Decidió entonces aplazar la partida un mes para organizar la resistencia de sus compatriotas, y el mes se convirtió en veintidós años.




Gandhi

Durante esa larga etapa de su vida, su mayor preocupación fue la liberación de la comunidad india, y en ella fue dando forma a las armas de lucha que más tarde utilizaría e su país. En los primeros años, convencido de las buenas intenciones del colonialismo británico, abrió un bufete para defender a sus compatriotas ante los tribunales en Johannesburgo y se propuso articular un movimiento dedicado a la agitación por medios legales. Fundó el periódico "The Indian Opinion", para aglutinar a la comunidad india y, como instrumento de agitación legal, creó el Congreso Indio de Natal. Sus simpatías anglófilas le llevaron durante la guerra contra los bóers a organizar el Cuerpo Indio de Ambulancias, acción que mereció duras críticas por parte de los nacionalistas indios.

A partir de 1904 la actividad de Gandhi sufrió un cambio notable: después de leer la crítica del capitalismo contenida en "Unto The Last", de John Ruskin, modificó su estilo de vida y pasó a llevar una sencilla existencia comunitaria en las afueras de Johannesburgo donde fundó una comuna llamada Tolstói. En esa época bosquejó la teoría del activismo no-violento, que puso en marcha por primera vez para oponerse a la ley de registro. Esta ley obligaba a todos los indios a inscribirse en un registro especial con sus huellas dactilares. Gandhi ordenó a sus compatriotas que no se inscribieran, que comerciaran en las calles sin licencia y, más tarde, que quemaran sus tarjetas de registro frente a la mezquita de Johannesburgo. Como muchos de sus seguidores, fue a parar a la cárcel varias veces, pero el movimiento de resistencia civil obtuvo varios éxitos parciales.

En 1913 la protesta contra un impuesto considerado injusto se tradujo en una marcha a través del Transvaal, hasta Natal. Al año siguiente las autoridades británicas dieron marcha atrás con dicho impuesto y autorizaron a los asiáticos a residir en Natal como trabajadores libres. La victoria parecía total, y Gandhi, que había abandonado las vestimentas europeas en señal de protesta, partió definitivamente de Sudáfrica con su mujer y sus hijos. A largo plazo todos los logros de la comunidad india se perdieron y las autoridades de aquel país endurecieron aún más su política racista, pero Sudáfrica había sido el banco de pruebas donde Gandhi desarrolló y comprobó las tácticas que más tarde habría de utilizar en su tierra natal.

El Mahatma

Gandhi llegó a la India en 1915 como un verdadero héroe, con la aureola de sus campañas en el extranjero. Las masas de Bombay le tributaron un caluroso recibimiento, el gobernador inglés acudió a saludarlo y el poeta Rabindranath Tagore le dio la bienvenida en su Universidad Libre de Santiniketan. A poco de llegar, en la ciudad de Ahmedabad fundó una comunidad casi monástica en la que estaban prohibidas las vestimentas extranjeras, las comidas con especias y la propiedad privada. Sus miembros se dedicaban únicamente a dos trabajos materiales: la agricultura, para obtener el sustento, y el tejido a mano, para procurarse el abrigo. Aquí dio comienzo a una lucha que Gandhi habría de sostener durante toda su vida: la batalla contra las lacras del hinduismo y a favor de los intocables. El primer paso fue admitirlos como miembros de la comunidad.

En esos primeros años Gandhi abandonó toda agitación política a fin de apoyar los esfuerzos bélicos de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, llegando incluso al reclutamiento de soldados para el ejército inglés. Su entrada en la política india no se produjo hasta febrero de 1919, cuando la aprobación de la Ley Rowlatt, que establecía la censura y señalaba duras penas para cualquier sospechoso de terrorismo o sedición, le abrió los ojos acerca de las verdaderas intenciones de los imperialistas ingleses en su país. Gandhi pasó entonces a encabezar la oposición a la ley. Organizó una campaña de propaganda a nivel nacional mediante la no-violencia, que comenzó con una huelga general. Ésta pronto se extendió a todo el país y las protestas se sucedieron en las principales ciudades, donde se registraron algunos focos de violencia pese a la insistencia del líder en el carácter pacífico de las manifestaciones. Cuando acudía a Delhi a apaciguar la población, Gandhi fue detenido. Días después, el 13 de abril, el brigadier general Dyer ordenaba disparar a sus gurkas sobre la multitud reunida en el Jallianwala Bagh de la ciudad de Amritsar. La dominación inglesa había mostrado su verdadero rostro sanguinario y brutal: casi cuatrocientas personas fueron asesinadas y otras miles heridas. Pero las autoridades británicas se vieron obligadas a reconsiderar sus tácticas y la Ley Rowlatt jamás entró en vigor.

En los años siguientes a la masacre de Amritsar, Gandhi se convirtió en el líder nacionalista indiscutido, alcanzando la presidencia del Congreso Nacional Indio -partido fundado por Alan Octavius Hume en 1885-, que él supo convertir en un instrumento efectivo en pro de la independencia. De una agrupación de las clases medias urbanas, pasó a ser una organización de masas enraizada en los pueblos y en el campesinado. Se pusieron en marcha las grandes campañas de desobediencia civil, que iban desde la negativa masiva a pagar impuestos hasta el boicot a las autoridades. Miles de indios llenaron las cárceles y el mismo Gandhi fue detenido en marzo de 1922. Diez días más tarde comenzaba «el Gran Juicio», en que el Mahatma se declaró culpable y consideró la sentencia a seis años de prisión como un honor, con lo que la sesión terminó con una reverencia mutua entre juez y acusado.

Cuando salió de la cárcel -una apendicitis hizo que las autoridades coloniales lo liberaran en 1924-, encontró que el panorama político se había modificado en su ausencia: el Partido del Congreso se había dividido en dos facciones y la unidad entre hindúes y musulmanes, conseguida con el movimiento de desobediencia civil, había desaparecido. Gandhi decidió entonces retirarse de la política, para vivir como un anacoreta, en absoluta pobreza y buscando el silencio como fuerza regenerativa. Retirado en su Ashram se convirtió en esos años en el jefe espiritual de la India, en el dirigente religioso de fama internacional que muchos occidentales en busca de la paz espiritual trataban como un gurú.

Su retiro finalizó de manera brusca en 1927, cuando el gobierno británico nombró una comisión encargada de la reforma de la Constitución, en la que no participaba ningún nativo. A la cabeza de la lucha política, Gandhi consiguió que todos los partidos del país hicieran el boicot a dicha comisión. Poco después, la huelga de Bardoli, en apoyo a la negativa a pagar impuestos, terminaba en un éxito total. La victoria del movimiento animó al Congreso a declarar la independencia de la India, el 26 de enero de 1930, y se encargó al Mahatma la dirección de la campaña de no violencia para llevar a la práctica la resolución. Éste eligió como objetivo de la misma el monopolio de la sal que afectaba particularmente a los pobres-, y partió de Sabartami el 12 de marzo con 79 voluntarios con rumbo a Dandi, población costera distante 385 kilómetros. El pequeño movimiento se extendió como las olas de un estanque hasta alcanzar toda la India: los campesinos sembraban de ramas verdes los caminos por donde pasaría ese hombre pequeño y semidesnudo, con un bastón de bambú, camino del mar y al frente de un enorme ejército pacífico. El día del aniversario de la masacre de Amritsar, Gandhi llegó a orillas del mar y cogió un puñado de sal.

Desde ese momento la desobediencia civil fue imparable: diputados y funcionarios locales dimitieron, los prohombres locales abandonaron sus puestos, los soldados del ejército indio se negaron a disparar sobre los manifestantes, las mujeres se adhirieron al movimiento, mientras los seguidores de Gandhi invadían pacíficamente las fábricas de sal.


Nehru y Gandhi

La campaña terminó con un pacto de compromiso entre Gandhi y el virrey de su majestad británica, en virtud del cual se legalizaba la producción de sal y se liberaban los cerca de 100.000 presos detenidos durante las movilizaciones. Por otra parte, Gandhi era enviado a Londres para participar en la conferencia que discutía los pasos a seguir para establecer un gobierno constitucional en la India. La presencia del Mahatma en Inglaterra, al margen de la gran acogida popular que le dispensaron los barrios londinenses, no supuso resultados favorables para la causa, y al regresar a su país se encontró con que Nehru y otros líderes del Congreso se hallaban una vez más en prisión.

Hacia la independencia

Varias veces en su vida Gandhi recurrió a los ayunos como medio de presión contra el poder, como forma de lucha espectacular y dramática para detener la violencia o llamar la atención de las masas. La falta de humanidad del sistema de castas, que condenaba a los parias a la absoluta indigencia y ostracismo, hizo que Gandhi convirtiera la abolición de la intocabilidad en una meta fundamental de sus esfuerzos. Y desde la prisión de Yervada, donde había sido confinado nuevamente, realizó un «ayuno hasta la muerte» en contra de la celebración de elecciones separadas de hindúes y parias. Ello obligó a todos los líderes políticos a acudir junto a su lecho de prisionero para firmar un pacto con el consentimiento inglés. La labor de «pedagogía popular» para curar a la sociedad hindú de sus llagas no terminó aquí. Distanciado del Congreso ante la decepción que le provocaban las maniobras de los políticos, se dedicó a visitar pueblos lejanos, insistiendo en la educación popular, en la prohibición del alcohol, en la liberación espiritual del hombre.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial fue el motivo de que Gandhi, una vez más, retornara al primer plano político. Su oposición al conflicto bélico era absoluta y no compartía la opinión de Nehru y otros líderes del Congreso, proclives a apoyar la lucha contra el fascismo. Pero la decisión del virrey de incorporar el subcontinente a los preparativos bélicos de Gran Bretaña sin consultar con los políticos locales, clarificó las aguas, provocando la dimisión en masa de los ministros pertenecientes al Congreso. Tras la toma de Rangún por los japoneses, Gandhi exigió la completa independencia de la India, para que el país pudiera escoger libremente sus decisiones. Al día siguiente, el 9 de agosto de 1942, era arrestado junto a otros miembros del Congreso, lo que produjo una sublevación en masa de los nativos, seguida por una serie de revueltas violentas en todo el territorio indio. Ésta fue la última prisión del Mahatma y quizá la más dolorosa, porque desde su presidio en Poona se enteró de la muerte de su mujer, Kasturbai. Era ya un anciano frágil y debilitado cuando salió en libertad en el año 1944.

Finalizada la guerra, y tras la subida al poder de los laboristas en Inglaterra, Gandhi desempeñó un rol fundamental en las negociaciones que llevaron a la liberación. Sin embargo, su postura opuesta a la partición del subcontinente nada pudo contra la determinación del líder de la Liga Musulmana, Jinnah, defensor de la separación del Pakistán. Dolido por lo que consideró una traición, en 1946 el Mahatma vio con horror cómo los antiguos fantasmas indios resurgían durante la celebración del Nombramiento de Nehru como primer jefe de gobierno, que fue pretexto de violentos disturbios motivados por la pugna entre hindúes y musulmanes.
Gandhi se trasladó a Noakhali, donde habían comenzado los enfrentamientos, y caminó de pueblo en pueblo, descalzo, tratando de detener las masacres que acompañaron a la partición en Bengala, Calcuta, Bihar, Cachemira y Delhi. Pero sus esfuerzos sólo sirvieron para acrecentar el odio que sentían por él los fanáticos extremistas de ambos pueblos: los hindúes atentaron contra su vida en Calcuta y los musulmanes hicieron lo propio en Noakhali. Durante sus últimos días en Delhi llevó a cabo un ayuno para reconciliar a las dos comunidades, lo cual afectó gravemente su salud.

Aun así, apareció de nuevo ante el público unos días antes de su muerte.
El 30 de enero de 1948, cuando al anochecer se dirigía a la plegaria comunitaria, fue alcanzado por las balas de un joven hindú. Tal como lo había predicho a su nieta, murió como un verdadero Mahatma, con la palabra Rama ('Dios') en sus labios. Como dijo Einstein, «quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo».

Fuente: Biografías y vidas.com