jueves, 31 de diciembre de 2009

La columna inoxidable de Nueva Delhi


Nuestra atención se posa en una columna de Nueva Delhi. A los pies de la Torre de la Victoria, imponente y majestuosa con sus 70 metros de altura, se hallan los restos de Qutb Minar y una mezquita que data de finales del XIII y pasa por ser el primer templo islámico erigido en territorio indio.

Es en el patio de la mezquita donde se encuentra nuestra columna. De unos siete metros y con un peso superior al de cinco toneladas, no parece demasiada cosa para la notoriedad alcanzada en el competitivo mundo de la arqueología. ¿Será su edad, más de 1600 años, lo que explique tal suceso?

Al fin y al cabo, ¿qué son 1600 años con los buenos milenios que portan a su espalda las pirámides de Egipto? La edad de la columna por sí sola no es motivo de admiración. Pero lo que causa verdadero asombro y notable perplejidad es una característica que no ha pasado desapercibida a ojos de los investigadores.

La columna es de hierro…y no se oxida. Se mantiene impecable, no como esos cuchillos de todo a cien en cuya hoja se lee Acero Inoxidable, y a los dos meses una inquietante sombra anaranjada empieza a cubrir su ya nunca más sonrisa “Profiden”. La columna no, la columna es otra cosa. Y claro, después de rascarnos la cabeza, nos preguntamos: ¿pero una aleación de la que resulte un acero inoxidable no era invento de nuestra época?


Cómo es que en la India del siglo V se tenía conocimiento de tal técnica? ¿Eran los herreros de allí discípulos aventajados del cojo Hefesto? Estas preguntas están en el candelero y, de manera incisiva, trascienden el mero caso de una columna aislada para desembocar en uno de los enigmas más fascinantes del universo del misterio.

Nos referimos a las tecnologías del pasado. Tendemos a ver la historia de una manera lineal, evolutiva y acumulativa. ¿Y si tal concepción fuese errónea? ¿Y si en el pasado distintas civilizaciones hubiesen llegado a conocimientos luego perdidos y que sólo de forma ardua y costosa nuestra cultura ha recuperado?

Es absolutamente cierto que la tecnociencia es un rasgo determinante e idiosincrático de nuestras sociedades. La revolución científica, primero, y la económica, después, coadyuvadas por una ulterior revolución industrial en parte dependiente de aquellas dos, acabaron dando lugar a una sociedad tecnológica, única en la historia por lo que sabemos.

Sin embargo, eso no quiere decir que, por otros caminos, las culturas del pasado no llegaron a unos conocimientos de los que nosotros solamente tuvimos noticia a través del desarrollo tecnológico. Unos conocimientos asociados a unas técnicas que permitirían la construcción, por ejemplo, de las pirámides. ¿O es que hay necesidad de recurrir a inteligencia extraterrestre cada vez que no comprendemos un hecho insólito de nuestra historia?

Fuente: sobreleyendas.com

Foto Vía: http://www.paleoastronautica.com

sábado, 26 de diciembre de 2009

Contemporáneos a Jesucristo

Jesucristo es, tanto para los cristianos como para los no creyentes, una figura fundamental dentro de la historia de la humanidad. A pesar de que se considere el año de su nacimiento como el año 1 dentro del calendario gregoriano, según numerosos estudios Jesucristo nació entre cinco y ocho años antes de la fecha estimada, ubicándolo entonces entre los años 5 y 8 a.C de nuestro calendario oficial. Teniendo estos años como referencia, haremos una introspección de los personajes que fueron contemporáneos a Jesús, tanto aquellos que influyeron dentro de su historia (dejando de lado algunos personajes como los apóstoles y demás personajes del nuevo testamento) como los que fueron ajenos a la misma.



Imagen antmoose




Augusto Augusto (Octavio): fundador del Imperio romano. Influyó dentro de la historia de Jesús, dado que obliga a los habitantes de Palestina que se empadronen en la ciudad de origen. De ese modo, la Virgen María y su esposo José se trasladan a la ciudad de Belén para realizar dicha inscripción, concluyendo con el nacimiento de Jesucristo.

Herodes: reinaba bajo el control de los romanos, y según el evangelio de Mateo, este rey se entera mediante unos magos de la llegada de Jesús, siendo éste presentado como el Rey de los judíos. Temiendo por el posible poder que pudiera ejercer sobre el mismo, envía a matar a todos los niños menores de dos años que hayan nacido en la ciudad de Belén. Esta acción fue llamada la Masacre de los Inocentes.

Tiberio: fue el segundo emperador del Imperio Romano, y su gobierno quedó bajo la imponente sombra que arrojó Augusto, su antecesor. Gobernó durante 23 años, hasta el día de su muerte, en Miseno.

Calígula: miembro de la dinastía Julio-Claudia, Calígula fue el tercer emperador del Imperio Romano. Durante su corto reinado que se limitó a 4 años, acabando con el día de su asesinato, este emperador fue símbolo de la locura y el escándalo, sumergiendo a Roma en una profunda decadencia.

Publio Ovidio Nasón: fue un conocido poeta romano, muy famoso en el ámbito por sus obras Ars amandi y Las metamorfosis, obra en verso que trataban sobre la mitología de su época.
Abgar: también conocido como Abgaro V de Edesa, fue un gobernante histórico del reino de Osroene, que tuvo su capital en Edesa.

Imagen Shi Yalí

Wang Mang: considerado como uno de los personajes tiranos de la historia de oriente, Wang Mang fue emperador de China durante el corto período que conformaron los años 9-23. Este usurpó el poder de la dinastía Han, la cual venía reinando a través de 200 años de historia, creando su propia dinastía: la Xin (nueva).

Liu Xuan : fue el príncipe de la dinastía Huan que encabezó una rebelión hacia Wang Mang, con el fin de devolverle el poder a la dinastía que había sido usurpada. Gobernó entre los años 23 y 25.

Herón de Alejandría: este personaje griego fue conocido y destacado en la historia, dado que desarrolló una gran cantidad de invenciones de ingeniería, otorgando un gran progreso a la ciencia mecánica histórica. Entre sus mayores logros, se encuentra la primer máquina de vapor.
Arquelao y Antipa: ambos hijos de Herodes, el primero fue designado rey de Judea en el testamento de su padre, y el segundo de Galilea y Perea, pero la decisión final del reparto del reino la tomó el Emperador Augusto.

Imagen photogestion

Los Anasazi: estos fueron un pueblo que ocupó las regiones que hoy conocemos como los estados de Colorado, Utah, Arizona y Nuevo México. Sus legados son mundialmente conocidos por las construcciones en las rocas, la mayor parte de ellas hoy en día declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En aquel momento, estas tribus se encontraban en plena expansión cultural, dejando un gran legado a la historia de Norteamérica.

Nerva: nacido en el año 30, fue un importante miembro del séquito imperial durante el gobierno de Nerón, desenvolviendo un papel principal durante la conspiración al emperador. Posteriormente fue Emperador de Roma del 96 al 98.
Fraates IV: fue hijo de Orodes II, y gobernó en Partia durante el período 37 a. C.-2 a. C. tras la muerte de su hermano Pacoro I. Este temible personaje, fue el sangriento asesino de su padre y de todos sus hermanos.

Galba: nacido en el año 3 a.C del calendario gregoriano, y fue el primero de los cuatro emperadores romanos del 69, pertenecientes al grupo llamado el año de los cuatro emperadores.
Séneca: fue un importante filósofo romano de gran influencia. Sus pensamientos, fundamentalmente moralistas fueron la base de sus obras. También conocido por haber sido el tutor y fiel consejero del temible emperador Nerón.

Fuente: Sobrehistoria.com




sábado, 12 de diciembre de 2009

La leyenda de Río de la Plata

La historia argentina parece signada por la paradoja desde sus inicios. Cómo puede ser, se preguntan todos, que un país tan rico como éste sea marcadamente azotado por la pobreza, que se viva remando de crisis en crisis, que eternamente sea un país en vías de desarrollo.
Una realidad hoy tan contundente tiene una extraña coincidencia con la leyenda que dio origen a su nombre. Y así es que mientras la expresión más común en este país podría ser “no tengo plata, che”, curiosamente la palabra Argentina deriva etimológicamente del latín “argentum” que en resumidas cuentas significa nada más y nada menos que “plata”.

Juan Díaz de Solís era portugués, o era español, no se sabe. Como buen marinero era apátrida. Aparentemente era hijo de españoles pero habría nacido en Portugal. Empezó su carrera en la marina portuguesa realizando varios viajes a las colonias americanas, pero los corsarios franceses prometían más beneficios, y como Solís buscaba amarrar en el mejor puerto, empezó a trabajar para estos, hecho que le cerró las puertas para el regreso a Portugal.

De cualquier forma, su experiencia lo llevó fácilmente a las flotas de Castilla y desde entonces buscaba un paso a través del continente que lo llevara al Océano Pacífico cuando en 1512 es nombrado sucesor de Américo Vespuccio y Almirante de la Flota de España. En 1515 llegó al hoy llamado Río de la Plata. Fue el primero en pisar esas tierras y ese fue su último viaje.

Los náufragos de aquella expedición que volvieron a España, decían que en la región habitaban indígenas que les habían regalado objetos de plata, mencionaron la existencia de la Sierra de Plata y, mientras que Magallanes juzgaba impracticable la exploración del Mar Dulce, como se llamaba al Río de la Plata, seguía hacia el sur y encontraba el paso interoceánico, iba creciendo la leyenda de que el Río de Solís o Mar Dulce llevaba hacia la Sierra de Plata, el Imperio del Rey Blanco, donde abundaban los metales preciosos.

Sebastián Caboto era veneciano. Pensó que la leyenda podría ser cierta. Venía con la orden de la Corona de repetir el itinerario de Magallanes pero los relatos que se difundían en las costas de Brasil acerca de las riquezas de aquella región desviaron su trayectoria.
En esas tierras descubiertas por Solís construyó el primer asentamiento, convivió un tiempo pacíficamente con los indígenas de la zona y exploró la región buscando la codiciada plata. Volvió a con las manos vacías. Apenas algunos obsequios de plata hechos por los aborígenes con los que se relacionó valieron de evidencia en España para nombrar definitivamente a este río como Río de la Plata.

Fuente: Alan Pérez - Sobre leyendas.com

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿Quién era Galeno?

Galeno de Pérgamo (Griego: Γαληνός, Galēnos; latín : Claudius Galenus;[1] (130-200), más conocido como Galeno, fue un médico griego. Sus puntos de vista dominaron la medicina europea a lo largo de más de mil años. Se le dio el nombre de Claudio en la Edad Media, pero esto parece ser un error historiográfico que se subsanó en la Edad Moderna.

Galeno nació en Pérgamo (actual Bergama, en Turquía), en el año 129 o 130 d.C, en el seno de una familia adinerada. Su padre, Aeulius Nicon, que además de arquitecto era terrateniente, lo educó cuidadosamente en el pensamiento estoico, pensando, quizás, en hacer de su hijo un filósofo. Galeno, desde muy joven, se interesó por una gran variedad de temas, agricultura, arquitectura, astronomía, astrología, filosofía, hasta el momento en el que se concentró en la medicina.


Se dice que su padre le inclinó hacia los estudios de médico tras soñar una noche con Asclepio, dios de la medicina, que le predijo el destino de su hijo.
Así, a los veinte años Galeno se convierte en therapeutes (discípulo o socio) del dios Asclepio en el templo local durante cuatro años, donde iniciaría sus estudios de medicina. Después abandonaría el templo para ir a estudiar a Esmirna, Corinto. En estos primeros años toma contacto con la obra del célebre médico Hipócrates de Cos, que sería su principal referente a lo largo de su carrera.
Galeno terminaría su carrera en Alejandría, Egipto, la antigua capital de los Tolomeos y principal centro cultural del Mediterráneo. Galeno aprendería aquí la importancia de los estudios anatómicos y fisiológicos para la medicina, diseccionaría cadáveres y entraría en contacto con la obra de importantes anatomistas como Herófilo y Erasístrato.
Regresó a Pérgamo, en 157, al enterarse de la muerte de su padre, que le legó una gran fortuna. Allí trabaja como médico en la escuela de gladiadores durante tres o cuatro años. En este periodo adquiere experiencia en el tratamiento de los golpes y heridas. Años más tarde hablaría de las heridas como las "ventanas en el cuerpo".
A partir de 162 vivió en Roma, la capital imperial, en donde escribió numerosas obras, demostrando de ese modo públicamente su conocimiento de la anatomía. Consigue una gran reputación como médico experto y cuenta con una nutrida clientela. Uno de sus pacientes fue el cónsul Flavio Boecio, quien lo introdujo en el tribunal y acabó siendo médico en la corte del emperador Marco Aurelio y su corregente Lucio Vero. Durante un breve período regresó a Pérgamo 166-169, hasta ser llamado por Cómodo (hijo de Marco Aurelio).
Durante su estancia en la corte Galeno fue testigo de importantes acontecimientos, como la llegada de la llamada peste antonina (que describió y relató en sus obras), las Guerras Marcomanas, el asesinato de Cómodo, la guerra civil y la llegada al trono de Séptimo Severo.
Debido a que en la antigua Roma la disección de cadáveres estaba prohibida por la ley, Galeno realizó estudios diseccionando animales como cerdos o monos. Esto condujo a que tuviera ciertas ideas equivocadas sobre el cuerpo humano. Galeno pasó el resto de su vida en la corte imperial, escribiendo y llevando a cabo experimentos. Hizo vivisecciones de muchos animales con el fin de estudiar la función de los riñones y de la médula espinal.
Escribió fundamentalmente en griego, ya que en la medicina de la época tenía mucha más reputación que el latín. Según sus propios testimonios, utilizó a veinte escribientes para anotar sus palabras. En 191, un incendio destruyó algunas de sus obras. Su principal obra, Methodo medendi (Sobre el arte de la curación), ejerció una enorme importancia en la medicina durante quince siglos.
Hipócrates

La fecha de su muerte se ha estimado tradicionalmente en torno al año 200, basando esta conjetura en referencias del siglo X, del léxico de Suda. Sin embargo, otros expertos retrasan la fecha de su muerte hasta 216.

El gran prestigio del que gozó, no limitado a Roma, se debió en parte a su gran actividad literaria, con más de cuatrocientos textos, de los que nos han llegado unos ciento cincuenta.
La obra de Galeno se basa en la tradición hipocrática, a la que une elementos del pensamiento de Platón y Aristóteles, que recibe a través del estoicismo de Posidonio. Además, tuvo una excelente formación que le permitió conocer en profundidad las distintas escuelas médicas del momento y añadir a todo ello sus contribuciones originales.
Su fisiología, por ejemplo, se basa en las ideas aristotélicas de naturaleza, movimiento, causa y finalidad, con el alma como principio vital según las ideas de Platón, que distinguía entre alma concupiscible (con sede en el hígado), alma irascible (en el corazón) y alma racional (en el cerebro).

Fuente: Wikipedia