jueves, 29 de diciembre de 2011

Cuando Sarmiento mató a Vicente López

Sucedió en 1893. Quien años después sería gobernador de San Juan, el coronel Carlos Sarmiento, mató en un duelo al nieto del autor del Himno Nacional. Lucio Vicente López había promovido una causa contra Sarmiento por la compra de unas tierras en Buenos Aires. Y como era común entre las élites de esa época, más allá de los trámites judiciales, la cuestión de honor se resolvió en un duelo a muerte.

Desde fines del siglo XIX y hasta las primeras décadas del siglo XX, los miembros de la elite política y social argentina se batían a duelo con frecuencia.
Tan extendida estaba la práctica del insulto y del duelo que era raro encontrar una personalidad pública, un parlamentario, un hombre de letras o un acaudalado, que no se hubiera visto involucrado por lo menos una vez en las denominadas “cuestiones de honor”.

Pero el duelo en particular del que nos vamos a referir tuvo características muy especiales. Los motivos fueron varios.

1) Porque a diferencia con otros duelos que terminaban “a la primera sangre”, este culminó con la muerte de uno de los protagonistas.
2) Porque el muerto era nada menos que el nieto del autor del Himno Nacional Argentino, hijo de un historiador destacado y él mismo un escritor y hombre público de gran prestigio.
3) Porque el matador era un coronel del Ejército que años después sería gobernador electo de San Juan y jefe de un partido político.

Todo sucedió en 1.893, cuando gobernaba el país Luis Saenz Peña. Aristóbulo del Valle, que trataba de salvar del incendio al presidente, designó a López interventor de la indómita provincia de Buenos Aires. Había que revisar ciertas ventas de tierras públicas, concesiones de ferrocarriles y gestiones bancarias poco claras. A los pocos días se denunció la venta de un campo que se destinaba al ensanche del ejido de Chabuco con un préstamo del Banco Hipotecario Nacional. Por ley, esos terrenos debían ser subdivididos, no adjudicados en un solo lote a persona alguna. Sin embargo, los había comprado el coronel Carlos Sarmiento, secretario privado del ministro de Guerra, Luís María Campos.
López promovió una acusación criminal. La cuestión Sarmiento y las tierras de Chacabuco ganó las primeras planas. El coronel Sarmiento fue detenido durante tres meses en el departamento de policía provincial. Pero una oportuna sentencia lo absolvió de los entuertos hipotecarios y ordenó su libertad. Los amigos del coronel lo homenajean con una cena en el restaurante “Flobet” de La Plata, donde vitupera al doctor López. A continuación López publica una carta acusadora en “La Prensa”. Ya no era interventor de la provincia. Pensó que le correspondía retar a duelo a su ofensor. Eso hizo.
Carlos Sarmiento
López recoge el guante enviando a sus padrinos Francisco Beazley y el general Lucio V. Mansilla, todos ellos miembros del Club del Progreso. El coronel Sarmiento hizo lo propio con el contralmirante Daniel Soler y el general Francisco Bosch. Los padrinos no solo tenían la misión de fijar las armas y las reglas, sino de determinar las intenciones finales. Muchísimos duelos fueron solo convenciones donde dos disparos al aire lavaban el honor mancillado. Otros eran a primera sangre, cuando una incisión en la piel enemiga era suficiente para detener el lance. Pocos duelos en la historia argentina fueron a muerte. Este fue uno de ellos.

Los padrinos de ambos contendientes concluyeron que el duelo no era necesario. Ni siquiera era menester que se hicieran los dos disparos convencionales al aire. Ni a primera sangre, ni nada. Pero, quién sabe cómo, se convino un duelo a muerte. La noticia del duelo conmovió a Buenos Aires. El 28 de diciembre cerca del mediodía los carruajes conduciendo a los protagonistas, familiares y algunos curiosos, se detuvieron cerca del Hipódromo de Belgrano (Hoy Avenida Luis Maria Campos). Allí los padrinos se reunieron en un último intento de parar esta locura. Hubo murmullos, idas y venidas, cabezas gachas y una negativa. Los doctores Padilla y Decaud, vestidos de negro, se miraban circunspectos. El general Bosch medía los doce pasos reglamentarios. Mansilla y Soler revisaban las pistolas Arzon elegidas para esta circunstancia. Eran las 11:10 de la mañana.

Sarmiento y López se midieron a la distancia. Era la primera vez que se veían cara a cara. Se escucharon los dos primeros disparos y los contrincantes quedaron ilesos. Ahí podría haber terminado todo. Pero el duelo era a muerte. Se volvieron a cargar las pistolas. Nuevamente la cuenta regresiva. Resonaron los disparos y se vió a López caer tomándose el abdomen. El balazo le atravesó el bazo y el hígado. En la madrugada del 29 de diciembre de 1894, el autor de La Gran Aldea murió en su casa de Callao 1852.

El coronel Sarmiento fue juzgado por un magistrado llamado Navarro y el fiscal Astigueta. El laudo judicial decía así:
1) El duelo verificado entre los señores Dr. Lucio Vicente López y coronel Sarmiento ha sido llevado a cabo sin la condición expresa de que debía efectuarse a muerte, lo que exime al procesado de las responsabilidades determinadas en el artículo 117 del código Penal, por cuanto para la aplicación del citado articulo sería menester la condición expresa mencionada
2) Que por el contrario de los términos del acta resulta que el propósito de los padrinos ha sido disminuir las probabilidades de un desenlace fatal , pues figura en el citado documento una cláusula clara y terminante que estatuye que solo se cambiarían dos balas entre los combatientes.
Vicente López
3) Que el hecho de haber tenido el lance el resultado de que instruye el presente sumario, no da ni puede dar lugar a presumir que el propósito de los padrinos ha sido concertar un duelo a muerte.
Los inculpados se presentaron al Juez y en el término de cuatro horas quedaron todos en libertad, incluso el mismo coronel Sarmiento.
Sarmiento, como ninguno de los que participaron en el duelo, sufrió sanción alguna. Su vida siguió dentro del ejército donde siempre fue valorado como un eficaz artillero y topógrafo. En 1905 abandonó el servicio activo y tuvo participación en la política provincial. Fue el jefe del Partido Popular y en 1907 encabezó una revolución en San Juan en la que derrocó al Gobernador Godoy. Fue gobernador de la provincia desde 1908 a 1911. Posteriormente se radicó en Zarate de donde fue intendente. Dejó de existir en esa ciudad a los 54 años en 1915.
En el cementerio de la Recoleta una escultura del francés Jean Alexander Falguière recuerda a Lucio Vicente López sobre un sarcófago de mármol. Tenía 44 años cuando murió.

Fuente: sanjuanalmundo.com

sábado, 5 de noviembre de 2011

Gutenberg: la primera revolución informática

En la ciudad alemana de Maguncia, en la ribera oeste del río Rin, fue encontrado muerto, en febrero de 1468, un personaje desconocido. Durante algunos años este anciano indigente y medio ciego recibió una asignación de ropas, granos y vino del gobernador local que tenía su sede justo al otro lado del Rin, en Wiesbaden. Muy pocas personas recordaban quén era o lo que había logrado. Se llamaba Johannes Gutenberg y era el padre de la imprenta moderna.

Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg nació en el seno de una familia patricia de Maguncia, tranformándose en orfebre y trabajador del metal. Más tarde se hizo miembro del gremio de los orfebres de Estrasburgo, que era entonces una ciudad del Imperio Alemán. Allí fue donde comenzó a trabajar en un sueño extraño y muy costoso, que lo obsesionaba: encontrar un método para imprimir los manuscritos medievales que los monjes hacían cuidadosamente a mano, sin abandonar su sublime diseño ornamental.

Después de veinte años de intentos, Gutenberg había logrado diseñar varias innovaciones que le permitieron lograr su sueño de producción en masa: los tipos de impresión móviles, la prensa de impresión eficiente (supuestamente inspirada en la observación de cómo trabajaba una prensa para vinos), la tinta para impresión en base de aceite, y el uso del papel barato. Estas técnicas eran desconocidas en las imprentas existentes de Europa, y escasamente utilizadas en China, mientras que no fueron reemplazadas sino hasta el siglo XIX.


En 1455, Gutenberg produjo su primer libro impreso. Como no podía ser de otra manera, se trataba de una copia de la Biblia hermosamente ilustrada, y fue una edición de 200 ejemplares. Como puede verse en la imagen del Libro del Génesis perteneciente a la tirada de Gutenberg, la copia impresa a simple vista no presenta diferencia alguna con los manuscritos iluminados de la época.

Sin embargo, para esa época Gutenberg mantenía importantes deudas con su socio en la empresa, Johann Fust, quien había invertido en la aventura y estaba impaciente por obtener las ganancias. Fust llevó a Gutenberg a los tribunales y ganó su demanda, obteniendo el control de todo el equipo impresor de Gutenberg, incluyendo los tipos de la famosa Biblia de 42 líneas o Mazarinos.

Así Gutenberg enfrentó la ruina financiera. Sin embargo, para el año 1500, 250 ciudades europeas ya contaban con imprentas. La genialidad de Gutenberg logró alterar el curso de la historia y sentó las bases para la primera revolución a gran escala de la información.




Fuentes: historiasobrehistoria.com

■Egan, V.: Encyclopedia of t he World Geography, Rd Press, Australia, 1994

■The British Library: Gutenberg Bible

viernes, 21 de octubre de 2011

El Imperio de los hunos

A principios del siglo V , los hunos, dirigidos por Rua, formaron un imperio que se extendió desde el Caucáso al Elba, gracias a la rápidez con que sus caballos les permitían desplazarse.Bleda y Atila, hijos de Rua, fueron sus sucesores. Bleda murió asesinado y Atila, "el acote de Dios" ensanchó sus dominios por la zona de los Balcanes (447).


Bizancio compró la paz aumentando el tributo que ya pagaba a los hunos. En 451, Atila cruzó el Rin y asedió a Orleans. Los galoromanos, burgundios, alanos,sajones y armoriacos, conducidos por el general romano Aecio, le obligaron a levantar el asedio y le vencieron en la batalla de los Campos Mauriacos, cerca de Troyes.



Al año siguiente, Atila entró a saco en el norte de Italia y llegó hasta Roma, que consiguió salvarse gracias a la intervención del Papa León I y la promesa de un tributo.Poco después murió Atila y el imperio,privado de su autoridad, se deshizo.Los hunos dejaron de ser un peligro para Europa  y se replegaron hacia las estepas del sur de Rusia.

Fuente: sobrehistoria.com

sábado, 8 de octubre de 2011

La ciencia en la Mesopotamia

Los hombres de la Mesopotamia antigua desarrollaron verdaderamente una matemática y una astronomía, constituyeron una medicina auténtica y supieron elaborar un pensamiento que merece el nombre de ciencia.


 
El comienzo de la civilización mesopotámica se remonta al año 4.000 a. C. A mediados del III milenio ya sabían utilizar los metales, y su civilización fue respetada, cuando no admirada, por Egipto y Grecia.


Muchas veces los historiadores vacilan en considerar como científicas las obras de compilación en la que los mesopotámicos acumularon numerosos conocimientos, tales como las listas de minerales o de vegetales, que apenas podrían ser consideradas como una primera etapa en la formación de las ciencias naturales.

Pero al menos en tres aspectos los mesopotámicos superaron el nivel de los conocimientos elementales y prácticos de la vida cotidiana, acercando a una sistematización de los conocimientos propia de las ciencia.

La astronomía

Los mesopotámicos son considerados como los fundadores de la astronomía.

Los hombres de Mesopotamia observaron el movimiento de los planetas y comprobaron que se encontraban siempre en una franja relativamente estrecha del cielo, que nosotros conocemos como la eclíptica.

Ellos fueron los que la dividieron esa franja del cielo en 12 regiones o signos: los signos del Zodíaco (que hoy dividimos en 13), cada uno de diferentes dimensiones y formas.



Además, observando el cielo, elaboraron numerosos catálogos celestes, donde figuraban las estrellas con sus distancias relativas.


Pero fue para obtener una determinación y medida del tiempo que se realizaron poco a poco observaciones más importantes basadas en los movimientos de la Luna y de los planetas.

Relacionaron el calendario lunar con sus fases y ciclos con el curso de las estaciones, regulado según el curso del Sol, la determinación del eclíptica (es decir, la órbita aparente del Sol).

Así, consiguieron determinar la duración del año solar con cuatro minutos de diferencia; es decir, el tiempo necesario para que el Sol (su movimiento aparente) se desplace siguiendo la eclíptica y vuelva a un punto dado.

Los mesopotámicos establecieron también una relación exacta entre los eclipses de Luna y sabían que estos pertenecían a un sistema cuya periodicidad era aproximadamente de 18 años. Además, calculaban las posiciones de Mercurio para todas las épocas, fuesen o no visibles sus “apariciones”.

Representaron a la Tierra como un disco que tenía un gran macizo montañoso en el centro. Alrededor de la Tierra había un océano, rodeado en el exterior por un sistema de montañas que sostenían la bóveda celeste.

Las matemáticas


De los sumerios, lo mesopotámicos conservaron un sistema de numeración a la vez sexagesimal y decimal. Utilizaban un sistema numérico pasado en el 60, con un signo que correspondía al cero, y podían calcular con bastante exactitud la superficie de los círculos y de los triángulos.
                                 Numeración cuneiforme sexagesimal de Mesopotamia (Wiimedia Commons )


La utilización del número 0 habla de un importante desarrollo en la matemática abstracta, algo que no todas las civilizaciones antiguas conocieron.


Su notación numérica era bastante flexible, porque las cifras que figuraba en el interior de un mismo número podían tomar valor según su posición.

Por métodos muy empíricos habían logrado confeccionar extensas tablas que debían permitir la solución de operaciones hoy en día muy simplificadas, como las multiplicaciones y las divisiones, las elevaciones al cuadrado y al cubo, o hacer conversiones según las unidades de medida empleadas. Incluso podrían desarrollar ecuaciones de segundo grado.

La medicina


Los juicios establecidos sobre el valor de la medicina mesopotámica muchas veces están determinados por el hecho de que esta disciplina se confundiera a veces con las técnicas y las prácticas de la magia.

Según la tradición, toda enfermedad era un efecto de la voluntad divina de herir al pecador. Por eso, para saber de qué mal se trataba e identificar al dios que lo había producido, se recurría al médico, que expulsaba los demonios causantes de todo el mal.

Sin embargo, pocas enfermedades eran consideradas de este tipo o de origen sobrenatural (por ejemplo, los dolores de cabeza, las enfermedades nerviosas y las parálisis). Los médicos eran capaces de observar los síntomas de la mayoría de las restantes enfermedades, formular un diagnóstico, prever la evolución, y administrar una solución terapéutica en base a sustancias minerales disueltas o trituradas.

En estas disciplinas, las más desarrolladas por los mesopotámicos, los esfuerzos no se solían proponer más que resultados efectivos, sin formular principios demasiado abstractos.



Cualesquiera que fueran los fenómenos que podían preocupar al hombre mesopotámico, siempre estaba convencido de que los dioses se manifestaban a través de esas apariencias.


Para él, la verdadera ciencia estaba integrada por enormes complicaciones adivinatorias que establecían las correspondencias entre la voluntad divina y su expresión simbólica en el mundo de los hombres.

Fuente: sobrehistoria.com
GRA

domingo, 11 de septiembre de 2011

Alguna anécdota sobre Sarmiento

En 1830 Sarmiento fue soldado en las tropas unitarias al mando del Coronel Insalecio Chenaut quien se opuso a otorgarle un ascenso. Ya presidente de la República se volvió a cruzar con su ex-superior y le dijo: -Oh mi coronel Chenaut ¿Se acuerda que usted me negó un ascenso a capitán? –Pero señor presidente, usted era muy joven. –¡Confiese que cometió una injusticia! -¡Señor! –Pues me las pagará. A los pocos días Sarmiento "se vengó" pidiendole al Senado el ascenso del Coronel al grado de general.

En 1831, con sólo veinte años Sarmiento debió partir hacia Chile por no compartir las ideas de Rosas. Durante su exilio ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo, periodista... También trabajó en una chacra cuyo dueño comentó una vez: -Tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina.

En 1845 Sarmiento publicó Facundo, su libro más famoso, en Chile en plena época de Rosas. Hizo entrar decenas ejemplares a través de un paquete despachado por su amigo el Dr. Amán Rawson. El paquete fue rociado con Azafétida un medicamento de olor nauseabundo y acompañado con una carta en la que decía que contenía medicamentos contra la coqueluche. Ningún empleado de correo se atrevió a abrirlo y así comenzaron a circular los primeros ejemplares de Facundo en nuestro país.

En 1846, mientras cumplía misiones diplomáticas en los EE.UU., Sarmiento conoció a la educadora Mary Mann, con quien mantuvo uno estrecha amistad. Su marido Horace Mann, tradujo el Facundo al inglés. Mary colaboró con Sarmiento convocando a maestras norteamericanas para que vengan a aplicar sus novedosos métodos a nuestro país. Las maestras se trasladaron a diferentes puntos del país, aprendieron rápidamente el idioma y contribuyeron notablemente en la formación de maestros y profesores argentinos. Entre otras llegaron: Theodora Gay de Schlosser, Mary Elizabeth Conway, Sara Boyd de Jacson Camp, Clara Allyn de Bemitz y Serena Frances Wood.

A mediados de 1846 Sarmiento, de viaje por Europa, visitó en Grand Bourg (Francia) a José de San Martín. Pasaron juntos toda un a tarde conversando sobre las campañas libertadoras y la situación del país de por aquel entonces.

En 1856 Sarmiento era Inspector general de escuelas llegó a un establecimiento y comprobó que los alumnos eran buenos en geografía, historia y matemáticas pero flojos en gramática y se lo hizo saber al maestro. Este asombrado le dijo, no creo que sean importantes los signos de puntuación. –Que no! Le daré un ejemplo. Tomó una tiza y escribió en el pizarrón: "El maestro dice, el inspector es un ignorante". -Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento. –Pues yo si, dijo tomando una tiza y cambiando de lugar la coma. La frase quedó así: "El maestro, dice el inspector, es un ignorante."

En 1862, siendo gobernador de San Juan ordenó la construcción de una escuela en terrenos de la iglesia. Un sacerdote lo acusó en su sermón de tener cola por ser hijo del diablo. Pocos días después Sarmiento se lo cruzó por la calle y le dijo llevándose las manos a las nalgas: -"Toque padre. Compruebe que tengo rabo, así podrá predicar su sermón con fundamento."

En 1869 el presidente sarmiento ordenó concretar el primer censo nacional. Los argentinos eran por entonces 1.836.490, de los cuales el 31% habitaba en la provincia de Buenos Aires y el 71% era analfabeto. Según el censo, el 5% eran indígenas y el 8% europeos. El 75% de las familias vivía en la pobreza, en ranchos de barro y paja. Los profesionales sólo representaban el 1% de la población. La población era escasa , estaba mal educada y como la riqueza estaba mal distribuida. Sarmiento fomentó la llegada al país de inmigrantes ingleses y de la Europa del Norte y desalentó la de los de la Europa del Sur.

Desde el gobierno Sarmiento intentó concretar proyectos renovadores como la fundación de colonias de pequeños agricultores en Chivilcoy y Mercedes. La experiencia funcionó bien, pero cuando intentó extenderla se encontró con la cerrada oposición de los terratenientes porteños.

"Quieren que el gobierno, quieren que nosotros que no tenemos una vaca, contribuyamos a duplicarles o triplicarles su fortuna a los Anchorena, a los Unzué, a los Pereyra, a los Luros, a los Drugan, a los Cano, a los Leloir, a los Pelero y a todos los millonarios que posan mirando como paren las vacas."

El 22 de agosto de 1873, siendo presidente, Sarmiento sufrió un atentado mientras se dirigía hacía la casa de Vélez Sarsfield. Cuando pasaba por las actual esquina de Corrientes y Maipú, una explosión sacudió su coche. Don Domingo no escuchó nada porque ya padecía una profunda sordera. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri que confesaron que fueron contratados por hombres de López Jordán. El atentado falló porque a Francisco Guerri se le reventó el trabuco (especie de pistola) en la mano. Sarmiento salió ileso del atentado y se enteró porque se lo contaron después.

Cuenta el historiador Manuel Gálvez que el presidente Sarmiento, acompañado por su comitiva visitó Federación (Entre Ríos). Federación era algo así como la capital de los dominios del coronel Gurumbá, un indio puro. El coronel, al frente de sus soldados a caballo, sale a recibir al presidente. Guarumba se apea y presenta sus respetos al Primer Magistrado. Sarmiento le había enviado a Gurumba algunos de sus libros. Al verlo, le preguntó a Guarumba si los recibió y si los había leído, y, bromeando, el cacique le contestó que los recibió y que como eran de distintos tamaños, los hizo cortar para que cupiesen en su alacena. A lo que Sarmiento le contestó: "Civilización, hasta aquí, y barbarie de tu lado."

A Sarmiento le gustaba tratar a sus adversarios con ironía. En ocasión de discutirse en el Senado la aprobación del presupuesto para la construcción de un ferrocarril, los senadores consideraron excesiva la suma de 800.000 pesos fuertes y demasiado generosa la garantía del 7% de ganancia. No he de morirme sin ver empleados en ferrocarriles en este país ¡No digo 800.000 sino 800 millones de pesos!"

Como los senadores se empezaron a reír, Sarmiento pidió que las risas constaran en las actas "Porque necesito que las generaciones venideras sepan que para ayudar al progreso de mi país, he debido adquirir inquebrantable confianza en su provenir. Necesito que consten esas risas, para que se sepa con qué clase de necios he tenido que lidiar.".

A poco de finalizar la presidencia de sarmiento comenzaron a instalarse los primeros frigoríficos. Así ironizaba una revista de la época la novedad: "Yo me quedo asombrado cuando pienso en todas las ventajas que se pueden sacar del invento del frigorífico. Las mujeres podrán construir cada una en su casa un retrete frigorífico, sea sencillo o sea adornado como un elegante tocador, y si tienen la constancia de no salir de él, sino para ir a las tiendas, recibir visitar y comer, conservarán una juventud eterna, y a los 80 parecerán mozas de 25 años. El sistema frigorífico aplicado a la política, producirá también efectos benéficos; las revoluciones serán más raras, si encierran a los autores de revoluciones en calabozos frigoríficos, porque la baja temperatura de su prisión calmará sin duda su ardor revolucionario."

"El Mosquito, periódico semanal independiente satírico, burlesco y de caricatura", director Enrique Stein, año XIV, Nro. 730, domingo 13 de diciembre de 1876

Sarmiento desarrolló durante prácticamente toda su vida la carrera militar. Desde su incorporación en 1827 al ejército del General Paz con el grado de teniente, participó en numerosos combates de nuestras guerras civiles. En 1851 se incorporó al ejército de Urquiza, ya como Teniente Coronel. Durante la campaña contra el Chacho, en 1863 es ascendido a Coronel. Siempre le gustaron los uniformes y así se lo decía en una carta a Mitre: "Usted sabe que doy valor a estas bagatelas y necesito terner mi cuartel general, donde están mis compañeros y amigos; y en cuanto a grados y servicios, creo que valgo lo mismo que los más ineptos que ostentan iguales."

Como presidente, Sarmiento solía visitar sorpresivamente los hospitales para ver cómo funcionaban y cómo atendían a la gente. Un día, visitando el hospital psiquiátrico notó que un grupo de internados charlaban en el patio. Se acercó a ellos y le dijo: "¡Bienvenido! Yo sabía que el loco Sarmiento iba a terminar entre nosotros!"

En un debate parlamentario un diputado estanciero acusó a Sarmiento de ser pobre y que si se lo ponía patas para arriba no se le caería un sólo peso. Don Domingo le respondió: "Puede ser, pero a usted lo pongan como lo pongan nunca se le caerá una idea inteligente." "Yo estoy hace tiempo reñido con las oligarquías, las aristocracias, la gente "decente" a cuyo numero y corporación tengo el honor de pertenecer, salvo que no tengo estancias."

Desde las páginas de "El Censor" se opuso a las concesiones excesivas a los ferrocarriles ingleses: "En los Estados Unidos son frecuentes las concesiones de terrenos a lo largo de los ferrocarriles; pero se hacen en lotes alternados, promediando entre los concedidos uno de igual extensión que retiene el propietario original. De este modo se consigue que no se entregue para siempre el dominio del territorio atravesado por la línea a los que la explotan con todas sus ventajas y hacer valer el propio terreno tanto en lo futuro como valga el vecino concedido. Conceder también centenares de leguas porque hoy valen poco, pero que valdrán millones, es prodigar irreflexiblemente la fortuna."

Sarmiento, D.F. "Obras" Capítulo XXIX, páginas 61-62,Bs. As., Luz del Día, 1948
D.F. Sarmiento, El Censor, 9 de enero de 1886

En el invierno de 1888 se trasladó al clima cálido del Paraguay, desde allí le escribió a su amada Aurelia Vélez, la hija de Dalmacio Vélez Sarsfiled, autor del Código Civil: "Venga al Paraguay y juntemos nuestros desencantos para ver sonriendo pasar la vida. Venga, que no sabe la bella durmiente lo que se pierde de su príncipe encantado". Murió el 11 de septiembre de ese año, en Paraguay, como su hijo Dominguito. Pidió que sus restos fueran envueltos con las banderas de Argentina, Chile , Paraguay y Uruguay.

Siendo Sarmiento presidente, mantuvo un conflicto con la Sociedad de Beneficencia sobre cómo debía educarse a las mujeres de ese hospicio. La Sociedad se había encargado de educar a las huérfanas y Sarmiento estaba convencido de que debía incorporárselas a la enseñanza común. De esa manera, sostenía, podrían "crear madres directoras de la educación de sus hijos…" Pero las damas no querían saber nada y sostenían que "nadie mejor que nosotras para educar a esas pobres huérfanas". Sarmiento insistía:

"El mal está en que las eduquen ustedes, que no sabrán hacer de ellas sino señoritas con muchas artes de ornato, y para ganarse la vida, nada".

"Les inculcaremos moral y religión", replicaron las damas.

"Ahí está el error. La moral nace del trabajo; no se produce con rezos, sino con la educación y la aptitud para el trabajo. Van ustedes a crear sabandijas devotas…" No había caso.

Las damas argumentaron: "Vamos a hacer de ellas excelentes compañeras para la familia".

"Hagan maestras de escuela", propuso Sarmiento. Y prosiguió: "el medio de educar a los pueblos bien y barato, es hacerlo a través de la mujer…".

Hasta que una de las damas, fastidiada, exclamó: "¡Cosas de Sarmiento!". Y allí terminó la entrevista.

Fuente: varelaenred.com

lunes, 29 de agosto de 2011

La muerte de Atahualpa

Hijo del emperador Huayna Cápac y de Túpac Paclla, princesa de Quito, Atahualpa fue favorecido por su padre, quien, poco antes de morir, en 1525, decidió dejarle el reino de Quito, la parte septentrional del Imperio Inca, en perjuicio de su hermanastro Huáscar, el heredero legítimo, al cual correspondió el reino de Cusco.

Aunque inicialmente las relaciones entre ambos reinos fueron pacíficas, la ambición de Atahualpa por ampliar sus dominios condujo al Imperio Inca a una larga y sangrienta guerra civil. En 1532, informado de la presencia de los españoles en el norte del Perú, Atahualpa intentó sin éxito pactar una tregua con su hermanastro. Huáscar salió al encuentro del ejército quiteño, pero fue vencido en la batalla de Cotabamba y apresado en las orillas del río Apurímac cuando se retiraba hacia Cusco. Posteriormente, Atahualpa ordenó asesinar a buena parte de los familiares y demás personas de confianza de su enemigo y trasladar al prisionero a su residencia, en la ciudad de Cajamarca. En ese momento, el emperador inca recibió la noticia de que se aproximaba un reducido grupo de gentes extrañas, razón por la que decidió aplazar su entrada triunfal en Cusco, la capital del imperio, hasta entrevistarse con los extranjeros.

 El 15 de noviembre de 1532, los conquistadores españoles llegaron a Cajamarca y Francisco Pizarro, su jefe, concertó una reunión con el soberano inca. Al día siguiente, Atahualpa entró en la gran plaza de la ciudad, con un séquito de unos tres o cuatro mil hombres prácticamente desarmados, para encontrarse con Pizarro, quien, con antelación, había emplazado de forma estratégica sus piezas de artillería y escondido parte de sus efectivos en las edificaciones que rodeaban el lugar. No fue Pizarro, sin embargo, sino el fraile Vicente de Valverde el que se adelantó para saludar al Inca y le exhortó a aceptar el cristianismo como religión verdadera y a someterse a la autoridad del rey Carlos I de España; Atahualpa, sorprendido e indignado ante la arrogancia de los extranjeros, se negó a ello y arrojó al suelo la Biblia que se le había ofrecido. Pizarro dio entonces la señal de ataque: los soldados procedieron a emboscar y disparar a discreción y la caballería cargó contra los desconcertados e indefensos indígenas.

Al cabo de media hora de matanza, varios centenares de incas yacían muertos en la plaza y su soberano era retenido como rehén por los españoles. A los pocos días, Atahualpa, temeroso de que sus captores pretendieran restablecer en el poder a Huáscar, ordenó desde su cautiverio el asesinato de su hermanastro.

Unos meses más tarde, Pizarro decidió acusar a Atahualpa de idolatría, fratricidio y traición; fue condenado a la muerte en la hoguera, pena que el Inca vio conmutada por la de garrote, al abrazar la fe católica antes de ser ejecutado, el 29 de agosto de 1533. La noticia de su muerte dispersó a los ejércitos incas que rodeaban Cajamarca, lo cual facilitó la conquista del imperio y la ocupación sin apenas resistencia de Cusco por los españoles, en el mes de noviembre de 1533.

Fuente: biográfica.info.com

martes, 23 de agosto de 2011

La lengua: arma de los imperios

Ricardo Soca
El inglés es considerado hoy la principal lengua universal, tanto por la cantidad de sus hablantes como por la variedad de ámbitos en que se emplea. El idioma de Shakespeare se ha convertido en la lengua franca del planeta, tras desplazar al francés en la diplomacia y tornarse el idioma más importante en los foros internacionales. Es lo que ha ocurrido siempre en la historia con las lenguas de los imperios; como sucedió con el idioma de Atenas en la Grecia de Pericles y con el castellano en la Conquista y el Coloniaje, por citar apenas un par de ejemplos.

La lengua como instrumento de dominación

Cuando la antigua Roma empezaba a expandirse, antes de convertirse en un imperio, la clase dominante, el patriciado, vio claramente que una de las estrategias para mantenerse en el poder era adquirir los recursos del «bien hablar», es decir, dominar la lengua culta que los distinguiera de los plebeyos y aprender el misterioso arte de la retórica, desarrollado por los griegos que permitía dominar multitudes con el discurso.

Por aquella época —estamos en el inicio del siglo I a. de C.— muchos gramáticos y retóricos griegos empezaron a desembarcar en la Península Itálica para ponerse al servicio de la clase dominante romana, ávida de conocer la retórica, un arte griego que ostentaba la fama de ser la ciencia del habla y el arte de convencer.

Los patricios romanos sabían que para mantenerse en el poder deberían dominar la técnica del discurso profesional, el que permite arrebatar las masas y llevarlas al éxtasis; creían que con ese fin necesitaban manejar con soltura los secretos del estilo y conocer en profundidad las reglas de la gramática. Eran algunos de los secretos mejor guardados del poder. En efecto, los patricios habían comprendido que deberían atesorar celosamente para sí los misterios de la lengua porque, si estos caían en manos del pueblo, sería un resorte de poder que perderían.

A comienzos del siglo I antes de Cristo, llegó a Roma el retórico y gramático Lucius Voltacilius Plotius Gallus, quien fundó una escuela de retórica al servicio de los que pudieran pagarle. Durante algún tiempo, este especialista de la palabra vivió a cuerpo de rey costa de ricos plebeyos enriquecidos que querían ofrecer una formación aristocrática a sus hijos. Pero finalmente un edicto impulsado por los aristócratas le prohibió seguir enseñando y lo obligó a cerrar la escuela. Es uno de los testimonios más antiguos que tenemos de cómo el dominio de la lengua y el poder de la elocuencia ha sido una propiedad de las clases dominantes en todas las sociedades basadas en la explotación del hombre por el hombre.

El idioma español y el poder

Mil años después de la caída del imperio romano, en agosto de 1492, cuando Cristóbal Colón estaba en el medio del Atlántico en su primer viaje hacia el Nuevo Mundo, el filólogo andaluz Antonio de Nebrija le entregó a Isabel la Católica la primera gramática del español, con la sabia advertencia de que «siempre la lengua fue compañera del imperio y, de tal manera lo siguió, que juntos crecieron florecieron y cayeron«.

Nebrija estaba hablando del imperio romano y del latín, la lengua que se extendió por casi toda Europa y el norte de África y se derrumbó con la caída de Roma, pero tanto él como la soberana ya intuían que España estaba al borde de emprender una aventura de conquista, de dominación y opresión de otros pueblos. Tenían por delante una era de explotación de tierras, gentes y riquezas como o se veía desde el tiempo de los Césares. En pocos años, los Reyes Católicos y sus sucesores crearon uno de los mayores imperios de la Historia, aniquilaron civilizaciones milenarias e impusieron a sangre y fuego la lengua de Castilla a los pueblos originarios, muchos de los cuales olvidaron incluso el habla de sus antepasados.

Dos siglos más tarde, el rey Felipe V y su corte comprendieron que la gramática de Nebrija no era suficiente: la lengua de Castilla amenazaba con disgregarse al ser hablada en tierras tan extensas de otro continente. Surgían variantes dialectales que se desarrollaban en la propia España y en las lejanas colonias, y que se distanciaban peligrosamente de la norma central. Era preciso crear una norma única, bajo el principio de autoridad, con la obligación de enseñarla en todas las escuelas de los territorios dominados por España.

Así, en 1713 el rey autorizó la creación de la Real Academia Española, con la misión de «cultivar y fijar la pureza y elegancia de la lengua castellana, desterrando todos los errores que, en sus vocablos, en sus modos de hablar o en la construcción ha introducido la ignorancia [...] y la demasiada libertad de innovar«. A partir de entonces, los cambios en la lengua quedarían sujetos a la decisión de una autoridad central en Madrid.

El imperio español había tomado así las riendas de una lengua que se tornaba universal y establecido una autoridad que gobernaba todos esos territorios y que era regida por la Corona.

Fuente: elcastellano.org



miércoles, 17 de agosto de 2011

El exilio de San Martín

No es un hecho menor que nuestro héroe máximo haya muerto en el exilio, sin poder retornar a la patria a la que había contribuido de manera decisiva a poner de pie y a incorporarla al mundo.

El general José Francisco de San Martín murió el 17 de agosto de 1850 en Boulogne- sur-Mer (Francia), en el exilio. El indiscutido héroe máximo de la Nación argentina no sabía que estaba inaugurando una condición por la que atravesarían luego muchos otros compatriotas, expulsados de un país que, a lo largo de su historia, se ha empeñado en complicarse la existencia con violentas disputas intestinas.


No podía saberlo, pero algo debe haber intuido cuando tomó la decisión de emigrar a Europa después de la entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar, que dejó asegurada para siempre la independencia sudamericana del yugo español. La debilidad de San Martín en aquel encuentro histórico –en el que ambos próceres plantaron un mojón histórico para el sueño aún incumplido de la unidad latinoamericana– provenía del escaso respaldo que obtenía en su propia tierra.

Uno puede imaginar el amargo sentimiento que se apoderaría de su espíritu, que siempre había sentido la empresa libertadora en dimensiones continentales y que no había vacilado en atravesar con su ejército los Andes –una hazaña inigualable– para pelear por la emancipación de Chile, ni en embarcarse luego hacia Lima para expulsar a los españoles del Perú, al volver sus ojos hacia el Río de la Plata.


El naciente país se desgarraba entonces en furiosas luchas intestinas, por mezquinos intereses de facciones que irían prefigurando una de las tantas dicotomías insalvables a las que parecemos tan afectos desde épocas tempranas: la de unitarios y federales. Esa lucha fratricida amenazaba con devorar al héroe y a su gesta.

"Seamos libres y lo demás no importa nada", dice un papel pegado en la pared de la casa que lo recuerda en Yapeyú, su lugar de nacimiento. Está escrito por San Martín y refleja la grandeza y el desprendimiento de su accionar, alejado de toda apetencia personal, de toda discusión política o sobre formas de gobierno; de toda disputa, en suma, que desviara la atención de ese eje simple y claro que conducía a la emancipación.

A tono con los tiempos, se ha intentado en la actualidad "bajar del bronce" a este hombre singular, en películas, libros y ensayos que pretendieron enrostrarle su condición de masón, su carácter mestizo o su supuesto papel de agente inglés. La empresa no es fácil, y menos con banalidades sacadas de su contexto histórico y que muchas veces se expresan más para llamar la atención que para revelar nuevas verdades.

Quizá sería más útil y nos ayudaría a ser más comprensivos, a superar antinomias que todavía nos hieren y a elevar nuestra mirada hacia horizontes más amplios, detenernos en este aspecto tan hondo y humano que tiñó los últimos años del héroe: la injusticia del exilio, de no poder retornar a su patria, a la que había contribuido a poner de pie y a incorporarla al mundo como una nueva y gloriosa Nación.

Fuente: diarioveloz.com




sábado, 13 de agosto de 2011

Dioses y religión de los incas

Por empezar, entre los incas no existió el concepto abstracto de “dios” que podemos tener nosotros. Los múltiples dioses que eran objeto de culto poseían nombre propio, y muchos de ellos estaban asociados a funciones específicas.


Además, como la sociedad andina era básicamente agraria, muchas veces la actuación de las divinidades estaba relacionada con fuerzas de la naturaleza y los factores climáticos, que condicionaban la vida de los pobladores andinos.

Así, los incas tuvieron como dioses a cuerpos celestes, accidentes geográficos, fenómenos atmosféricos e, incluso, a sus propios ancestros.


Todas las deidades estaban asociadas con el término huaca, palabra quechua que indica todo lo sagrado. El Inca era reconocido por la gente andina como huaca viviente, que tenía el poder de comunicarse con el universo sagrado y era el encargado de, a través de los rituales, mantener el equilibrio entre los hombres y los dioses.

De la misma manera que otras sociedades andinas, los incas tuvieron una peculiar visión del tiempo y del espacio. El tiempo fue concebido de manera sagrada y cíclica. Así, se pensaba que existían ciclos de destrucción y renovación del mundo, al igual que en el calendario maya.

El universo estaba dividido en tres partes:

■hanan pacha, la morada de los dioses y de los objetos celestiales,

■kai pacha, el mundo presente y tangible,

■ucu pacha, el mundo de abajo o de las cosas que todavía no germinan.

Aparentemente, en el ucu pacha se encontraban los muertos que habían retornado a su pacarina, o lugar de origen. Entre el hanan pacha y el ucu pacha había lazos de complementariedad, siendo el kai pacha el punto de encuentro en el que se unían ambos planos del universo.


Dentro de las deidades, el más popular fue el dios Inti, el Sol, también conocido como Punchao. Era considerado el padre de los incas y la divinidad tutelar del Tahuantinsuyo. Las crónicas indican que el Inti o el Sol fue representado mediante una estatuilla pequeña esculpida en oro que se guardaba en el Coricancha, o templo del Sol, en la ciudad de Cuzco, la capital del imperio.


Otros dioses importantes de la religión incaica fueron:

■Huiracocha: su culto estuvo repartido por el sur andino, y tenía antecedentes religiosos de las culturas Huari y Tuahuanaco.

■Illapa: dios de los rayos llamado también Chuquilla, Catuilla o Libiac. Era capaz de hacer llover, granizar y tronar con el simple acto de hacer batir su honda.

■Pachacámac: divinidad principal de la costa central, cuando los numerosos preincaicos que la adoraban fueron dominados por los incas, su culto se mantuvo y fortaleció bajo el imperio.

■Quilla: la Luna, y la pareja del Sol, su culto estaba relacionado con los muertos y la fertilidad. La Luna se vinculó a la plata, y en sus templos había objetos de ese metal.

Fuentes: Historia Universal: Aztecas, Mayas, e Incas. Bs. As., AGEA, 2005 / López Austin, A., La religión, la magia y la cosmovisión, en Historia Antigua de México, Vol. IV, México, INAH-UNAM-Porrúa, 2001. / Gimeno, D., Aztecas, Mayas e Incas, Historia Universal, Editorial Sol 90, Barcelona, 2004.
sobrehistoria.com








sábado, 6 de agosto de 2011

Las campañas militares de Julio César en la Galia

El estadista y general Julio César (100-44 a.C.) amplió la República Romana a través de una serie de batallas por toda Europa antes de declararse dictador de por vida. Es a menudo recordado como una de las mentes militares más brillantes de la historia. Hoy en SobreHistoria repasaremos sus más destacadas campañas militares en la Galia Romana.

En el año 59 a.C. Julio César accedió al gobierno de Roma, a través del llamado Primer Triunvirato en el que también estaban presentes Pompeyo y Craso. A partir de allí se embarcaría en diversas campañas militares, tanto para la defensa ante los invasores como para aumentar la extensión de los territorios de Roma. Estas son algunas de las más destacadas:


■ Durante el apogeo del primer triunvirato, César dedicó sus energías a la conquista de la Galia (actual Francia).

■ Después de dejar el cargo de cónsul, César se convirtió en gobernador de las regiones Cisalpina y la Galia Transalpina (norte de Italia y el sur de Francia, respectivamente). En el 58 a.C., cuando los helvecios trataron de penetrar la Galia, César en una gran batalla detuvo su avance.

■ En el verano del 58, César marchó contra los germanos encabezados por Ariovisto que habían invadido desde el otro lado del Rin y los expulsó de la Galia.

■ En los años siguientes, en una serie de brillantes campañas, el general romano conquistó toda la Galia y la convirtió en una provincia romana. La conquista requirió varias batallas difíciles en el norte de la Galia y el cruce del Rin por un puente de caballetes construido por los ingenieros romanos.


■ En los veranos del 55 y 54 a.C., César cruzó el Canal de la Mancha, asegurando así el flanco norte de la Galia, al impedir un ataque de los Celtas.


■ Entre en el 51 y el 50 a.C. Julio César desarticuló una gran revuelta de los jefes en las Galias (en la cual se dio el famoso sitio de César del bastión de Vercingétorix en Alesia).




A principios de 49, terminando su comandancia en la Galia, se desató un grave conflicto entre César y Pompeyo (su antiguo asociado en el Primer Triunvirato) que desembocaría en la Segunda Guerra Civil de la República Romana.
 
 
Fuentes: sobrehistoria.com - youtube.com

domingo, 31 de julio de 2011

Las Ciudades Perdidas de los Mayas



La decadencia de la civilización Maya

Mucho hemos hablado del apasionante tema de la Civilización Maya. Hoy es momento de ir algo más adelante, para saber qué ocurrió con este floreciente pueblo, cuál -o cuáles- fueron los motivos de decadencia maya. A ciencia cierta, no hay explicaciones históricas que puedan explicar lo ocurrido, pero sí se han desarrollado diversas teorías sobre el declive de los mayas, que repasaremos en este artículo.


■Algunas teorías sostienen que por el siglo IX, los mayas habían ya agotado los recursos naturales de sus tierras, hasta el punto que ya no podían mantener a una población muy grande.


■Otros expertos sobre la historia maya consideran que fue la constante guerra entre ciudades-estado competidoras el principal factor en la decadencia de esta civilización. La compleja trama de alianzas militares, familiares (por matrimonios) y comerciales terminó por colapsar, y junto ellas el tradicional sistema dinástico.


■La tercer teoría más fuerte habla de sucesos naturales catastróficos. Se piensa fundamentalmente que podría haberse tratado de un extremadamente intenso período de sequía. La sequía que habría afectado con mayor dureza a ciudades como Tikal donde el agua de lluvia era necesaria para beber, así como para el riego de los cultivos básicos en su alimentación.


Existe también la presunción de que los tres factores de los que hablamos (la superpoblación y la sobreexplotación de la tierra, la guerra endémica y la sequía) pueden haberse combinado para llevar a la decadencia de los mayas en las tierras bajas del sur. Aún así, la civilización perduró en las tierras altas de la península de Yucatán. Algunas ciudades mayas como Chichén Itzá, Uxmal y Mayapán continuaron floreciendo en el período Posclásico (900-1500 dC). Para el momento en que los conquistadores españoles llegaron, sin embargo, la mayoría de los mayas que aún habitaban en la región vivían en pueblos agrícolas. Y sus grandes y magníficas ciudades estaban enterradas bajo gruesa capa de vegetación, escondidas por varios siglos más.

Fuente: sobrehistoria.com



sábado, 23 de julio de 2011

La Argentina despues de la Independencia


La declaración de la Independencia Argentina fue el 9 de Julio de 1816. Significó un paso muy importante en la larga lucha por la consolidación este nuevo país. Pero al mismo tiempo que dio por cerradas las muchas cuestiones que impidieron la independencia entre 1810 (revolución de Mayo) y 1816, abrió otros conflictos que marcaron muy fuertemente los siguientes años de su historia.

Las Provincias Unidas de Sud América era el nombre que tenían estos territorios por entoces, antes pertenecientes al Virreinato del Río de la Plata una de las divisiones administrativas del Imperio Colonial Español.
El principal foco de conflicto que se abrió tras la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas de Sud América (nombre que tenían estos territorios por entonces) era la vital cuestión de cómo se iba a gobernar y organizar este nuevo estado independiente. Lo que iba estrechamente ligado –por supuesto- a cómo se habrían de manejar los intereses económicos de las distintas regiones y los distintos grupos de poder.

Esto se expresó fundamentalmente en dos posturas que perduraron y se consolidaron: federalistas vs centralistas. Es decir, los que querían un gobierno fuerte y centralizado en Buenos Aires (centralismo), y los que apuntaban a una federación de provincias (federalismo). Era, sin más ni menos, el germen de las guerras civiles entre federales y unitarios que atravesarían las siguientes décadas de la historia argentina.

Al mismo tiempo, la Declaración significó un importante refuerzo a las luchas americanas por la Independencia. Pronto llegaría el momento de ejecutar el plan continental de San Martín que se preparaba desde hace unos años y que –a través del cruce de los Andes- abriría el camino para la liberación de Chile y Perú.


Desde un punto de vista más abstracto, podemos ver cómo la declaración de la Independencia funcionó como un elemento de legitimación del proyecto revolucionario y de cimiento en la construcción de la -por entonces incipiente- “identidad nacional”. También tuvo un impacto psicológico positivo en la población y en las tropas, cada vez más agobiadas por las penurias de una larga guerra

Imágenes:

1. Representación de la Declaración de la Independencia, en Ministerio de Educación.

2. Mapa de las Provincias Unidas en América del Sur en 1816, en wikipedia

3. Acta de la Declaración de la Independencia, en Wikipedia

Fuente: sobrehistoria.com

sábado, 2 de julio de 2011

Los vándalos

Es sabido del prejuicio de los historiadores tradicionales hacia la naturaleza de los pueblos germanos que se expandieron durante la decadencia del imperio romano.

En contraste con la civilización romana, los pueblos “bárbaros”, como se los llamó peyorativamente, no poseían el mismo grado de organización política y social. Además, fueron un importante factor para el deterioro de las fuerzas militares romanas, incapaces de defender todo el territorio que habían conquistado en Europa.

Entre los bárbaros, los vándalos son los que peor reputación adquirieron. En el idioma castellano, la palabra vándalo puede referirse tanto al pueblo germano como a un “hombre que comete acciones propias de gente salvaje y desalmada”.

El origen de los vándalos puede rastrearse hacia los primeros siglos de nuestra era, cuando fueron desplazándose desde las regiones germanas hasta la península ibérica. Hacia el 400 d.C., llegaron a la provincia romana de Hispania, desde donde cruzaron finalmente a las ricas tierras agrestes del norte de África.

Genserico, fundador del reino vándalo en África, se convirtió así en un soberano del “imperio del trigo”, cuya capital era la ciudad de Cartago. En este territorio, el poder real dispuso de órganos rudimentarios: el gobierno central se confundía con la corte de Cartago, formada por compañeros del rey.

Los caballeros, cubiertos de hierro, tocados con un yelmo cónico, armados de un arco y una espada, constituyeron la fuerza principal de la monarquía vándala. Las cualidades guerreras de ese puñado de hombres les permitieron instalar su eficaz dominio en la población romana de África. Incluso expandirse y enviar una incursión para saquear Roma en el año 455.

Pero si bien algunas costumbres germanas se filtraron en la vida cotidiana de los romanos, los vándalos en el poder seguían siendo una minoría que estaba condenada a desaparecer, asimilada por la masa romana.

Los reyes vándalos intentaron oponerse a la fusión de razas y culturas por medio de una política de segregación estricta: Genserico eligió para sus guerreros las mejores tierras de la Proconsular (norte de Túnez) y expulsó de ellas a los propietarios romanos, que tuvieron que establecerse en otro lado. Prohibió los matrimonios mixtos, y sólo los vándalos tenían derecho de llevar armas. Cada comunidad conservó su organización y costumbres.

Pero muy pronto los vándalos se acomodaron a la manera romana de vivir, se afeitaron la barba, frecuentaron el circo y las termas, los guerreros se casaban con romanas, los hijos iban a la escuela del gramático.

La lengua vándala no tardó en dejar de hablarse; han quedado pocas huellas de ella. Las costumbres ancestrales en materia de construcción, alfarería y vestimenta se olvidaron en las tierras africanas. El conquistador había sido conquistado.







Lista de reyes vándalos 1.Visumaro Siglo III d. C.

2.Godegisilio (¿?—406)
3.Gunderico (407-428)
4.Genserico (428-477)
5.Hunerico (477-484)
6.Guntamundo (484-496)
7.Trasamundo (496-523)
8.Hilderico (523-530)
9.Gelimer (530-534)

Fuentes e imágenes: Sobrehistoria.com /Wikipedia / MundoHistoria / Pietri, L.: La Edad Media (siglos V al XV), El mundo y su Historia, Argos / Cameron, A.: El Mediterráneo en la Antigüedad Tardía (395-600)

viernes, 17 de junio de 2011

“Belgrano es lo mejor que tenemos en la América del Sur”

Correspondencia entre Manuel Belgrano y el General don José de San Martín


El 25 de diciembre de 1813, casi un año después del triunfo de San Martín sobre las fuerzas españolas en el combate de San Lorenzo, Manuel Belgrano le imploraba al libertador que fuera en su auxilio y se refería a los obstáculos que había encontrado a su paso: “mi corazón toma un nuevo aliento cada instante que pienso que usted se me acerca, porque estoy firmemente persuadido de que, con usted, se salvará la patria y podrá el ejército tomar un diferente aspecto. (…); no tengo ni he tenido quién me ayude y he andado por los países en que he hecho la guerra como un descubridor; pero no acompañado de hombres que tengan iguales sentimientos a los míos de sacrificarse antes que sucumbir a la tiranía. Se agrega a esto la falta de conocimiento y práctica militar, como usted lo verá, y una soberbia consiguiente a su ignorancia con la que todavía nos han causado mayores males que con la misma cobardía. En fin, mi amigo, espero en usted un compañero que me ilumine, que me ayude, y que conozca en mí la sencillez de mi trato y la pureza de mis intenciones, que Dios sabe no se dirigen ni se han dirigido más que al bien general de la patria y a sacar a nuestros paisanos de la esclavitud en que viven… (…) Empéñese usted en volar, si le es posible, con el auxilio y en venir a ser no sólo amigo, sino maestro mío, mi compañero y mi jefe si quiere; persuádase que le hablo con mi corazón como lo comprobaré con la experiencia constante”.

Poco después, a principios de 1814, Belgrano le aconsejaba con elocuencia: “La guerra allí no sólo la ha de hacer usted con las armas, sino con la opinión, afianzándose siempre ésta en las virtudes naturales, cristianas y religiosas; pues los enemigos nos la han hecho llamándonos herejes, y sólo por este medio, han atraído las gentes bárbaras a las armas, manifestándoseles que atacábamos la religión. Acaso se reirá alguno de este mi pensamiento; pero usted no debe llevarse de opiniones exóticas, ni de hombres que no conocen el país que pisan; además, por este medio conseguirá usted tener el ejército bien subordinado, pues él, al fin, se compone de hombres educados en la religión católica que profesamos y sus máximas no pueden ser más a propósito para el orden. Estoy cierto de que en los pueblos del Perú la religión la reducen a exterioridades todas las clases, hablo en lo general; pero son tan celosos de éstas que no cabe más; le aseguro a usted que se vería en muchos trabajos si notasen lo más mínimo en el ejército de su mando que se opusiese a ella y a las excomuniones de las paces. He dicho a usted lo bastante; quisiera hablarle más, pero temo quitar a usted su precioso tiempo y mis males tampoco me dejan; añadiré únicamente que conserve la bandera que le dejé y que la enarbole cuando todo el ejército se forme; que no deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre nuestra generala, y no olvide los escapularios a la tropa; deje usted que se rían; los efectos le resarcirán a usted de la risa de los mentecatos que ven las cosas por encima. Acuérdese usted que es un general cristiano, apostólico, romano. Cele usted de que en nada, ni aun en las conversaciones más triviales, se falte al respeto de cuanto diga nuestra santa religión. Tenga presente, no sólo a los generales del pueblo de Israel, sino al de los gentiles y al gran Julio César que jamás dejó de invocar a los dioses inmortales y por sus victorias en Roma se decretaban rogativas”.

El 12 de marzo de 1816, más de tres meses antes de la celebración del Congreso de Tucumán que declararía la Independencia, en carta a Tomás Godoy Cruz, San Martín se refería a las virtudes de Belgrano: “su comunicación del 24 del pasado llegó a mis manos y fue tanto más satisfactoria cuando me anuncia la reunión próxima del Congreso: de él esperamos las mejoras que nos son necesarias, y si éste no lo hace, podemos resolvernos a hacer la guerra de gaucho. (…) En el caso de nombrar quien deba reemplazar a Rondeau, yo me decido por Belgrano: éste es el más metódico de los que conozco en nuestra América lleno de integridad, y talento natural: no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia pero créame usted que es lo mejor que tenemos en la América del Sur”.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar - www.políticayopinión.blogspot.com

sábado, 11 de junio de 2011

San Martin, estratega de la Independencia Americana

Hoy en Gotitas de Historia nos dedicaremos a una de las más importantes hazañas estratégico-militares de toda la historia: el Cruce de los Andes. Se trata de la gesta más famosa del General José de San Martín que permitió la liberación de Chile, y dio un impulso renovado a las guerras por la independencia americana, a comienzos del siglo XIX.



A principios del siglo XIX se desataron una serie de revoluciones en las colonias americanas españolas que dieron inicio a las Guerras de la Independencia. Uno de los focos fue Buenos Aires, en las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy Argentina) desde donde se realizaron diversas campañas militares contra regiones bajo el control del ejército realista español.

El principal objetivo de los revolucionarios americanos era Lima (Virreinato del Perú), bastión de las fuerzas virreinales. Sucesivos intentos de llegar a través del Alto Perú (hoy, Bolivia) fracasaron rotundamente.

José de San Martín, un brillante militar revolucionario, se propuso un “Plan Continental”, intentar una ruta diferente, hasta entones prácticamente impensada: partir desde Mendoza y cruzar la Cordillera de los Andes para llegar a Chile y –desde allí- atacar Lima donde finalmente habría de sumarse a las fuerzas de Simón Bolívar. Según muchos historiadores afirman San Martín había tomado esta idea de un plan inglés del año 1800 conocido como “Plan Maitland”, el cual nunca fue llevado a cabo.




Más allá de tomar para sí este ambicioso plan, José de San Martín dio varias muestras de su habilidad y astucia como estratega. Principalmente en el desarrollo de lo que se llamó la “Guerra de Zapa”.

La guerra de Zapa es un término con que se describe una serie de acciones de inteligencia planificadas que incluyen desde la circulación de falsas informaciones hasta el espionaje. Gracias a ella se consiguió desorientar al enemigo sobre la ruta de la expedición, infiltrar espías en el ejército realista en Chile, enviar adelantados para explorar los diferentes pasos de la Cordillera de los Andes y elaborar mapas y mediante acciones de distracción dispersar al ejército rival para el momento del ataque final.

Pero la hazaña real, la que ha pasado a la historia, fue mucho más allá de la planificación y la estrategia. Pues fue también una hazaña de fortaleza física y también de convicciones, de 5000 hombres que debieron de enfrentar la dureza de la Cordillera y la inclemencia del clima. En el próximo video, “El Cruce de los Andes”, los llevaremos tras sus pasos.





Fuentes: Sobrehistoria.com - elhistoriador.com - sanmartiniano.gov.ar

http://www.youtube.com/watch?v=FoSYaJfpeTY



sábado, 4 de junio de 2011

La leyenda del Santo Grial

Ningún otra fábula medieval es tan rica en simbolismo, tan diversa y, en muchos casos, tan contradictoria en su significado como la leyenda del Santo Grial.

¿Existe alguna prueba histórica que permita suponer que hubo un Grial susceptible de encontrarse? ¿O su leyenda no es más que un encantador cuento literario creado por trovadores para divertir a los miembros de las cortes europeas?

La leyenda del Grial apareció registrada en la historia a finales del siglo XIII. Surgió de la mente de un poeta francés de gran talento llamado Chrétien de Troyes.

Sin embargo, cuando escribió su Cuento del Grial, Chrétien incluyó un sinfín de elementos precristianos. La leyenda se remontaba, en realidad, a varios siglos atrás, a las historias celtas del rey Arturo, a los cuentos irlandeses, a los bardos galeses, donde el cristianismo no había llegado aún.

De hecho, para el primer narrador cristiano de la leyenda del Grial, Chrétien de Troyes, el Santo Grial ni siquiera era una copa, sino que aparece como un plato fastuoso y mágico cuya función nunca se aclara totalmente.


Más tarde la leyenda del Grial tomó un nuevo giro al nutrirse de elementos de la cábala judía, y la alquimia. Wolfram von Eschenbach readaptó la fábula en su versión de la leyenda del Grial, que él llamó Parzival.

De modo que, hablar del Grial como de una sola leyenda es un error. Se trata más bien de una historia central entretejida con hilos de múltiples colores pertenecientes a distintos autores y que surgen de tradiciones muy diversas.



Sin embargo, también existen muchos elementos en común. Lo que parece predominar en las distintas versiones, tanto en la celta, como en la cristiana y en la esotérica, es el camino de un héroe destinado a coronar con éxito la búsqueda de un enigmático objeto prodigioso conocido como el Grial.

A ese héroe se le conoce por nombres tan diversos como Arturo, Gawain, Perceval, Peredur, Parzival, Parsifal, Galahad, y otros. En general, la concepción del personaje es el resultado de la unión de padres con características misteriosas.

El héroe crece rodeado de sencillez, y se caracteriza por poseer una peculiar inocencia, que en algunos casos le hace recibir sobrenombres como el Tonto, o el gran Necio.

Al abandonar la niñez su primer deseo es convertirse en un gran caballero. Así es como llega a conocer a los caballeros de la Mesa Redonda, en la corte del rey Arturo. Su comportamiento y sus acciones, si bien un poco torpes, parecen indicar que se trata de un elegido, o alguien muy especial.

En este marco, nuestro héroe se enmarca en la búsqueda del Santo Grial, un extraño objeto que se aparece en la corte del rey Arturo. Las hazañas que realizan los caballeros en su búsqueda varían según las distintas versiones de la historia. Sin embargo, siempre finalizan con el héroe que encuentra el Santo Grial y restablece la paz en el reino.

No es difícil encontrar la leyenda del Santo Grial en el patrón de cualquier película moderna de aventuras, o novela épica, donde un héroe de orígenes humildes logra a través de su honestidad y su simpleza alcanzar su añorado deseo a lo largo de un camino sinuoso que avanza y retrocede.

¿Y qué es exactamente el Grial, cuáles son sus supuestas funciones? No todos los autores son tan ambiguos como Wolfram von Eschenbach cuando dice: "había un objeto que llamaban Grial, la flor de todos los deseos terrenales, la plenitud que nunca decaerá".

Contrario al saber popular actual, el Grial aparece en las leyendas con diversos aspectos y formas: plato, caldero, cáliz, la copa de la Última Cena, la esmeralda que se desprende de la corona de Lúcifer cuando éste cae al infierno, piedra filosofal, una visión beatífica, etc.

Su función también varía según la tradición narrativa, sus poderes son tan variados como el mismo objeto que se pretende encontrar. Está ligado con el renacimiento y la restitución, con la eterna juventud, con la ilustración y la sabiduría, con la individualidad y la búsqueda interna, o muchas veces con Dios mismo.

Fuentes: Godwin, M.: El Santo Grial \ Wolfram von Eschenbach: Parzival

Sobrehistoria.com

miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Por qué cortaron el Himno?



La versión original de la canción patria contaba con 10 estrofas y duraba aproximadamente 20 minutos.

Sin embargo, fue modificada por diferentes gobiernos que suavizaron su contenido revolucionario y cortaron las partes que ofendían a otros países.

El historiador Mario Pacho O`Donnell fue consultado para entender las razones de esta “censura”.

Tal vez muchos no sepan que el Himno Nacional que todos aprendimos a cantar con solemnidad en los actos del colegio no siempre fue como el que conocemos hoy. Originalmente, la canción patria era mucho más extensa y su letra estaba fuertemente influida por el espíritu revolucionario de los primeros patriotas. Sin embargo, razones políticas llevaron a diferentes gobiernos a modificarla para diluir su fervor revolucionario y adaptarla a los tiempos contemporáneos.

El escritor e historiador Mario Pacho O`Donnell explica que la Asamblea del año XIII, que aprobó el texto el 11 de mayo de ese año, “fue convocada originalmente para declarar la independencia, pero por influjo de Gran Bretaña pasó a ser algo distinto y lo que iba a ser el Himno Nacional se convirtió simplemente en la Canción Patria”.

La razón es que Gran Bretaña “no quería fomentar la independencia en las colonias porque ella misma era un imperio colonial. A través de la Logia Lautaro, a la que pertenecían la mayoría de los asambleístas, presionó para descalificar la idea independentista de la Asamblea. Como los gobernantes de Buenos Aires estaban muy atentos a no perder el apoyo de este país, entonces la Asamblea del año XIII pasó a ser algo distinto y lo que iba a ser el Himno Nacional se convirtió en la Canción Patria. Ya de entrada se cambia el sentido que tiene; recién será el Himno Nacional más adelante, cuando esté claro el proyecto independentista”, relata O`Donnell.

Por otro lado, “la letra original de Vicente López y Planes era una letra muy contagiada del espíritu revolucionario, tenía mucho ardor patriótico y festejaba la victoria sobre el opresor (español)”. Sin embargo, estos rasgos fueron “rastrillados por el consenso de que no había que hacer alardes independistas hasta que no estuvieran dadas las condiciones para esto”.

O`Donnell también narra que el Himno “luego fue suavizado aún más por razones diplomáticas cuando se decidió reiniciar relaciones de tipo económico-políticas con España. Por lo cual se quitaron todas las referencias al triunfo sobre este país. Todo esto fue lavando su belicosidad (por ejemplo, la letra original decía “Se levanta a la faz de la Tierra/ una nueva y gloriosa Nación/ coronada su sien de laureles/ y a sus plantas rendido un león” (España)). Por eso, lo que quedó fue una letra inofensiva, por decirlo de alguna manera, donde se repiten frases, casi como enunciando una carencia del texto”.

Por otro lado, la música, obra de Blas Parera, también fue renovada. Según O`Donnell, la versión original tenía “la línea de casi todos los himnos del mundo y era como una especie de marcha marcial. Juan Pablo Esnaloa modifica la música y lo transforma en esto que tenemos hoy, que a mi criterio es un poco barroco, demasiado sofisticada para un himno. Tal es así que nunca se interpreta íntegro en los eventos deportivos internacionales sino que se comete el gran error de tocar solamente la introducción, lo cual obliga a los hinchas argentinos a tener que tararearla cuando verdaderamente un himno debe ser cantado”.

Curiosamente, la versión actual también contiene errores de transcripción, debido a que cuando Vicente López y Planes escribe “su trono dignísimo alzaron”, en nuestro himno dice “abrieron”, cuando en realidad los tronos no se abren, se alzan. “Y eso es un error de transcripción que López y Planes trató de modificar al principio y luego terminó aceptando por el uso”.

Por último, vale la pena destacar un aspecto que seguramente muchos ni sospechan. “En nuestro Himno también hay referencias monárquicas que aún perduran (ej. menciones de tronos), lo que revela que antes de la independencia había intenciones en algunos políticos de Buenos Aires de coronar príncipes europeos en el Río de la Plata porque pensaban que iba a ser imposible vencer la reacción española y planeaban colocar otras casas nobles europeas en el poder como una forma de evitar el regreso de Fernando VII”.


Por Federico Millenaar

Fuente: 26noticias.com.ar